Un filete de carne de calidad no necesita grandes elaboraciones, pero sí una técnica adecuada para resaltar todo su sabor y textura. Para eso existe la llamada “regla 3-3-2-2”, un método sencillo que muchos cocineros profesionales aplican y que puede replicarse en casa.
El procedimiento es claro: se calienta una sartén de hierro fundido con un poco de aceite y se colocan los filetes, de entre 1,3 y 2,5 centímetros de grosor. Se cocinan 3 minutos por un lado sin moverlos, luego 3 minutos por el otro. Después, se repite el proceso con 2 minutos por cada lado. Esta técnica permite sellar bien la carne, lograr una costra dorada y mantener el interior jugoso.
Al finalizar, se recomienda dejar reposar el filete durante 5 minutos para que los jugos se redistribuyan y el resultado sea más sabroso. Para quienes buscan precisión, los expertos aconsejan medir la temperatura interna: 54 °C para poco hecho, 60 °C para al punto y 66 °C para bien cocido.
Otros consejos útiles incluyen atemperar la carne antes de cocinarla, es decir, sacarla de la heladera unos 30 minutos antes, y añadir hierbas como romero o tomillo junto con un poco de manteca durante la cocción para potenciar el aroma y la experiencia gastronómica.
Con esta regla práctica, cualquier amante de la cocina puede preparar en casa un filete digno de restaurante.