Steve Jobs, fundador y alma creativa de Apple, dejó una huella profunda en el mundo de la tecnología y la gestión empresarial. Su estilo de liderazgo, enfocado en la eficiencia y la creatividad, sigue siendo un modelo de referencia. Una parte crucial de su legado radica en la forma en que conducía reuniones, comenzando cada una con una simple pero reveladora pregunta: “¿Tienen algo en mente?”.

Confianza y participación activa
Esta frase, aunque sencilla, representaba una estrategia clave que fomentaba la apertura y la colaboración dentro de su equipo. Según el libro Trillion Dollar Coach, que relata la historia de Bill Campbell —mentor de Jobs—, esta pregunta buscaba abrir espacio para que los empleados expresaran inquietudes, compartieran ideas y plantearan problemas sin temor a ser juzgados.
El objetivo de Jobs no era solo avanzar en los puntos de la agenda, sino crear un ambiente de confianza donde cada miembro del equipo se sintiera escuchado. Para él, una conversación honesta y directa era fundamental para prevenir conflictos y fomentar la innovación.
Equipos pequeños y reuniones ágiles
Jobs se caracterizaba por su preferencia por equipos pequeños, convencido de que los grupos reducidos mejoraban la comunicación y el enfoque. En lugar de llenar una sala con empleados no esenciales, él seleccionaba cuidadosamente a los participantes necesarios para que cada encuentro fuera eficiente y productivo. Esta filosofía se refleja en el libro Insanely Simple de Ken Segall, donde se destaca cómo Jobs priorizaba la simplicidad para mantener la productividad al máximo.
Sus reuniones eran breves, de no más de diez minutos, con un enfoque exclusivo en la toma de decisiones clave. Evitaba discusiones largas y sin propósito, considerando las reuniones extensas como una pérdida de tiempo.

Un pionero del teletrabajo
Jobs fue uno de los primeros líderes en valorar el trabajo a distancia, mucho antes de que esta práctica se popularizara. Aunque no era una política oficial de Apple, él reconocía los beneficios de permitir que sus empleados trabajaran desde casa en ciertos casos, creyendo que así podían concentrarse mejor en sus tareas sin distracciones innecesarias.
La calidad por encima de la cantidad
En la visión de Jobs, la clave del éxito radicaba en la calidad, no en la cantidad. Prefería hacer menos cosas, pero hacerlas bien, en lugar de asumir demasiados proyectos que pudieran comprometer la cohesión del equipo o el resultado final. Esta filosofía de crecimiento sostenido y meticuloso se refleja en el desarrollo continuo de Apple, incluso tras su muerte.