Autoridades de la NASA anunciaron hoy, en una conferencia de prensa, que la misión Artemis II podría adelantar su lanzamiento de abril a febrero de 2026. Esta posibilidad estará sujeta a los resultados de las pruebas finales y a la prioridad absoluta en la seguridad de la tripulación y el vehículo, pero representa un giro significativo en el calendario del programa de exploración lunar.
La decisión implica que la primera misión tripulada de Estados Unidos alrededor de la Luna en más de medio siglo podría despegar antes de lo esperado. La iniciativa involucra al potente cohete Space Launch System (SLS) y la cápsula Orion, desarrollados especialmente para misiones de larga permanencia fuera de la órbita terrestre.
En palabras de Lakiesha Hawkins, administradora adjunta del Programa de la Luna a Marte de la NASA, “Tenemos un asiento en primera fila para la historia“. La funcionaria remarcó además que ”el periodo de lanzamiento podría suceder tan pronto como el cinco de febrero, pero queremos enfatizar que la seguridad es nuestra principal prioridad“.
Preparativos y desafíos técnicos
Durante la conferencia, la directora de lanzamiento de Artemis, Charlie Blackwell-Thompson, detalló que el cohete SLS se encuentra “prácticamente ensamblado y listo”, restando únicamente acoplar la cápsula Orion y completar pruebas en tierra.
Este sistema busca mejorar las capacidades demostradas durante la misión Artemis I en 2022, en la que una nave no tripulada orbitó la Luna y regresó a la Tierra. Uno de los focos de atención para esta nueva fase consiste en revisar por completo el escudo térmico de Orion, luego de que durante la reentrada se detectaran problemas con la protección ante temperaturas extremas.
Rick Henfling, director de vuelo de entrada del programa, explicó: “Realizamos numerosas pruebas que confirmaron nuestra comprensión sobre lo ocurrido”, y subrayó que los ajustes en la trayectoria para Artemis II evitarán las condiciones que favorecieron la degradación del escudo térmico en la misión previa.
Objetivos científicos y operativos
La misión Artemis II consiste en un vuelo tripulado de 10 días alrededor de la Luna. Se trata del primer intento de Estados Unidos de enviar una tripulación fuera de la órbita baja terrestre en más de medio siglo, como parte fundamental de la estrategia para establecer una presencia sostenida fuera de nuestro planeta.
El segmento operativo combinará validación tecnológica, procedimientos en tiempo real y ensayos científicos inéditos para futuras expediciones de mayor complejidad. De acuerdo con la NASA, su principal meta es confirmar el funcionamiento de todos los sistemas críticos de la nave Orion en condiciones reales del espacio profundo con astronautas a bordo.
La tripulación estará compuesta por Reid Wiseman, Victor Glover, Christina Koch, todos de la NASA, y Jeremy Hansen de la Agencia Espacial Canadiense. Será la primera en adentrarse más allá de la órbita baja terrestre desde 1972, siguiendo una trayectoria libre de retorno que llevará la nave a más de 9.260 kilómetros más allá de la Luna.
Durante el trayecto, los astronautas vivirán y operarán en la cápsula Orion, y realizarán pruebas de control manual conocidas como “Demostración de Operaciones de Proximidad”, en preparación para eventuales acoplamientos con módulos de aterrizaje lunar.
Tras la inyección translunar, la nave atravesará más de 370.000 kilómetros hasta alcanzar la máxima aproximación a la Luna. Las observaciones científicas se centrarán en fotografía y análisis visual de cráteres, flujos de lava e impactos en la superficie, con asesoramiento en tiempo real del Centro de Control de Misiones en Houston y del equipo de la geóloga lunar Kelsey Young en el Centro Goddard.
Lecciones para el futuro
Uno de los aportes clave de Artemis II residirá en el aprendizaje operativo y humano para las futuras etapas del programa. La tripulación servirá de banco de pruebas biológico, aportando datos sobre cómo influyen la microgravedad y la radiación espacial en el organismo.
La Dra. Nicky Fox, jefa científica de la NASA, comentó: “Queremos estudiar en profundidad los efectos de la microgravedad y la radiación sobre estas muestras. No voy a diseccionar a un astronauta, pero sí puedo analizar estos pequeños organoides y buscar las diferencias”.
El desempeño y seguridad de los sistemas de Artemis II determinará los próximos pasos, incluido el cronograma del ambicioso Artemis III, cuyo fin es un alunizaje tripulado y la preparación de futuras misiones que, según la NASA, buscan sentar las bases para una exploración humana de Marte.
Cindy Evans, líder de capacitación estratégica de la agencia, señaló: “Ya sea que estén mirando por las ventanas de la nave espacial o caminando por la superficie, los astronautas de Artemis trabajarán en nombre de todos los científicos para reunir pistas sobre los antiguos procesos geológicos que dieron forma a la Luna y a nuestro sistema solar“.
Perspectivas
Varios puntos del proyecto permanecen condicionados por desarrollos técnicos, presupuesto y coordinación internacional. La ventana para el despegue de Artemis II permanecerá abierta durante febrero, marzo y abril de 2026, aunque el equipo de la NASA insistió en que la seguridad es el criterio rector y ninguna fecha se considerará definitiva hasta superar todas las pruebas exigidas.