A sus 92 años, Mariana Biró, hija del célebre inventor Ladislao Biró, se mantiene activa en su rol como directora de la Escuela del Sol, institución que dirige desde 1966. En una conversación reciente, compartió detalles inéditos de su vida al lado de su padre y su pasión por la educación.
Mariana, nacida en Budapest en 1932, relató cómo su padre, quien patentó más de 300 inventos, la involucraba en sus proyectos desde pequeña. “A los nueve años probaba los primeros bolígrafos de mi papá y ganaba 50 centavos por hora”, comenta. Ladislao Biró, conocido mundialmente por la invención del bolígrafo, no solo fue un innovador, sino también un padre curioso que fomentaba el interés de sus hijos por el mundo natural.
La familia Biró emigró a Argentina en 1941, en plena Segunda Guerra Mundial. Fue en Buenos Aires donde el bolígrafo comenzó su comercialización masiva, convirtiéndose en un invento fundamental para la escritura moderna. Mariana recuerda cómo su padre siempre le decía que debía tener paciencia con las plumas de tinta que manchaban sus manos, pues estaba trabajando en la solución. Esa solución llegó finalmente con el famoso bolígrafo, que ella describe con orgullo como un “invento con partida de nacimiento húngara, pero pasaporte argentino”.
La vocación educativa
A pesar de crecer rodeada de inventores, Mariana encontró su verdadera vocación en la educación. “Admiro lo que hizo mi padre, pero mi pasión siempre fue la enseñanza”, afirma. Junto a su segundo esposo, Francisco Sweet, fundó la Escuela del Sol, un establecimiento educativo pionero que se destaca por su enfoque laico y democrático. “Nuestro objetivo siempre ha sido formar buenas personas”, señala.
La escuela, que ofrece niveles desde jardín hasta primaria, se ha mantenido fiel a su misión de proporcionar un entorno donde los niños puedan desarrollar su creatividad y sus habilidades de manera libre. Según Biró, la educación es el motor de los verdaderos cambios en la humanidad, y es ahí donde radica su compromiso con el futuro.
El desafío de la tecnología
Mariana Biró también habló sobre el impacto de la tecnología en la educación. Aunque ve con buenos ojos los avances, como la inteligencia artificial, expresa su preocupación sobre cómo estos podrían afectar las relaciones humanas. “La tecnología avanza, pero nunca reemplazará el valor de un abrazo o una conversación cara a cara”, reflexiona.
Biró tiene en mente varios proyectos para el futuro, entre ellos, la creación del Museo de los Inventos Argentinos. “Tenemos tantos inventores en este país, pero no tenemos un museo dedicado a ellos. Los inventos no solo cambian el mundo, también generan empleo y oportunidades”, destaca.