En las calles de Mar del Plata, un hombre y su perro en un sidecar han capturado el corazón de la comunidad. Juan Bazterrica y su pitbull Garret, de casi 10 años, son una dupla inseparable que provoca sonrisas y admiración en residentes y turistas. Lo que comenzó como una decisión personal para compartir más tiempo tras un diagnóstico médico, se ha convertido en un fenómeno local y una historia de amor entre humano y mascota.

El inicio de una amistad única
Hace casi una década, mientras vivía en el Bosque Peralta Ramos, Juan conoció a Garret, un cachorro de pitbull que nadie quería por ser el más pequeño de la camada. En aquel entonces, muchos buscaban perros de esta raza para protección, pero Garret no cumplía con esas expectativas. Juan no lo dudó y lo adoptó, marcando el inicio de un vínculo especial.
“El nombre ‘Garret’ lo elegí porque quería algo relacionado con los autos, pero que no fuera tan obvio. Aunque muchos me preguntan si es por el escritor, en realidad viene de un modelo de turbo”, comentó Juan. Desde entonces, Garret se convirtió en su fiel compañero, acompañándolo a talleres mecánicos y compartiendo momentos cotidianos que Juan registraba en fotos y videos mucho antes de que su historia se hiciera conocida.
El diagnóstico que lo cambió todo
En 2023, Garret enfrentó un momento crítico: fue diagnosticado con un tumor. Tras una cirugía exitosa, logró recuperarse, pero la experiencia marcó profundamente a Juan. Fue entonces cuando comprendió lo efímera que podía ser la vida de su amigo y decidió maximizar el tiempo que les quedaba juntos. Así nació la idea del sidecar, un proyecto que combinó su amor por la mecánica y su deseo de incluir a Garret en sus recorridos en motocicleta.
El sidecar: un proyecto hecho con amor
Juan diseñó y construyó el sidecar desde cero, aprovechando su conocimiento de mecánica. “Todo fue muy artesanal. Hice el chasis, la suspensión y adapté su casco. Incluso fabriqué la carrocería externa con un coche a pedal”, relató. Aunque al principio Garret no entendía el propósito del sidecar, pronto comenzó a disfrutarlo, ladrando emocionado y sintiendo el viento en su rostro durante los paseos.
La presencia de Juan y Garret en las calles de Mar del Plata no pasa desapercibida. Las personas se detienen para tomarse fotos, acariciar al perro y compartir un momento con ellos. “La gente lo ama, tanto como yo. Algunos incluso han corrido desde sus autos para abrazarlo o llorar junto a él”, contó emocionado.

Un mensaje de amor y solidaridad
Más allá de los paseos, Juan utiliza su popularidad para generar conciencia sobre las razas de perros como el pitbull, a menudo mal juzgadas. A través de videos e interacciones cotidianas, demuestra que estos perros pueden ser cariñosos y amigables si se crían con amor.
Además, Juan ha llevado su historia a acciones solidarias. Recientemente, visitaron un hospital disfrazados: Garret como Papá Noel, Juan como Capitán América y un amigo como Batman. Este espíritu solidario lo lleva a colaborar con refugios de animales y otras causas sociales.

Un vínculo que inspira
La historia de Juan y Garret es mucho más que una aventura en sidecar; es un recordatorio del poder del amor y el compañerismo entre humanos y mascotas. Es un llamado a valorar los momentos compartidos, a celebrar el presente y a construir recuerdos que trasciendan. En cada recorrido por Mar del Plata, este dúo nos recuerda que los gestos simples, como un paseo en sidecar, pueden tener un impacto profundo en quienes los rodean.