Dos jóvenes estudiantes alemanes decidieron que querían ser independientes. Su sueño era “crear una bebida kola, pero que fuera un bien cultural, no otros de esos productos aburridos y producidos en masa”. Lanzaron Fritz-Kola y le agregaron el máximo de cafeína permitido por la ley. Veinte años después Mirco Wolf Wiegert y Lorenz Hampl venden su bebida en casi toda Europa y tienen cinco plantas.
Con una inversión pequeña decidieron disputarle el mercado a un gigante como Coca Cola y a Pepsi pero apuntando a un público que buscara una sensación diferente.
Fritz-Kola posee 25 miligramos de cafeína por 100 mililitros, lo máximo permitido. Con menos azúcar y un toque de limón tiene un sabor diferente. Otro de los puntos que convirtió a esta bebida en una de las preferidas en las fiestas y salidas de jóvenes es que no se vende en envases familiares. Se ofrece en formatos de 200 y 330 mililitros.
Según la BBC, el sitio web de noticias estadounidense Ozy, Coca Cola tiene 10 miligramos de cafeína y Red Bull tiene 32 miligramos. El éxito de la fórmula de estos dos jóvenes, hoy de cuarenta y pico, es rotundo. Según Nielsen es la segunda marca más vendida en barres y restaurantes alemanes y le ganó la batalla a Pepsi.
“Deja que te abramos los ojos. Una vieja furgoneta, unos cuantos euros en el bolsillo y sed de independencia. Es lo único que se necesita para empezar… en 2002 dos amigos, Mirco y Lorenz, tuvieron que plantearse una cuestión: ¿qué camino seguir ahora en la vida? La respuesta: adonde más te apetezca: tu cafetería o pub favorito, o en plena playa. Dicho y hecho, crearon una receta: no demasiado dulce y cargada de cafeína para darles energía con que aguantar esas largas noches. Le pusieron una etiqueta en blanco y negro con su rostro”, explican en su página web.
Las ventas crecían y ambos amigos ideaban más sabores como spritzers y limonadas. Siempre atentos a cuidar el medio ambiente ofrecen botellas de vidrio pequeñas con contenidos naturales libres de aditivos. Ofrecen libre de azúcar, organic kola, limonada y naranjada, entre otras. Asumieron un compromiso y lo cumplieron: “No hemos producido ni una sola botella de plástico desde 2003. Para impulsar un cambio de sistema en la industria de las bebidas, también hemos lanzado la iniciativa «Drink From Glass». Desde aquí te animamos (y nos animamos) a adoptar una mentalidad sostenible y de ahorro de recursos en el consumo de bebidas, y a evitar los desechos plásticos”. Algo muy bien visto por sus jóvenes consumidores.
La historia del comienzo de Fritz-Kola no tiene grandes inversores detrás. Los dos amigos reunieron 7.000 euros entre los dos y salieron en busca de un fabricante que les ayude a crear una fórmula novedosa. Como no tenían mucho dinero, hicieron el sondeo de la marca en la puerta de un centro comercial; hicieron etiquetas con sus caras en blanco y negro para ahorrar y al principio, dejaron las cajas de Fritz-Kola en consignación.
Hampl dejó la empresa en 2016 y desde 2020, Wiegert dirige la empresa y posee la mayoría de las acciones, casi dos tercios. Crearon un imperio con cinco plantas de embotellado y emplean a más de 300 empleados. Están muy bien posicionados en Alemana, Europa Central, Austria y Suiza. Sus campañas publicitarias no pasan desapercibidas. La sostenibilidad de la marca los diferencia del resto. Fitz-Kola tiene un objetivo: “Queremos convertirnos a largo plazo en la primera bebida de cola en Europa en el segmento de bares y cafés”.
Fuente: Baenegocios