🕰️ Durante años nos repitieron que debíamos dormir ocho horas seguidas como si fuera una ley biológica universal. Sin embargo, esa famosa “regla de las 8 horas” se basa en… absolutamente nada. Ni evidencia científica, ni base evolutiva. Solo una construcción cultural moderna, impuesta tras la revolución industrial y sus rígidos horarios de fábrica.
🧬 Lo cierto es que nuestros ancestros no dormían así. Antropólogos y neurocientíficos han demostrado que, antes de la llegada de la luz eléctrica, la mayoría de los humanos practicaban el sueño bifásico: dos fases de descanso divididas por un período de vigilia, generalmente entre la medianoche y las 3 AM. Durante ese intervalo, se meditaba, se conversaba, incluso se hacían tareas tranquilas o se escribía en diarios personales.

🌌 ¿Por qué ese modelo? Porque evolutivamente era más funcional. Dividir el sueño permitía mantener una forma de vigilancia comunitaria nocturna, clave para detectar peligros en la oscuridad. Hoy sabemos que, en grupos de 8 a 12 personas, siempre había alguien despierto durante la noche el 99,8% del tiempo. Un sistema natural de protección que todavía influye en nuestros cuerpos.
😴 Entonces, si te despertás a mitad de la noche, no te alarmes. Quizás tu cuerpo está funcionando exactamente como lo hizo por milenios. Dormir en dos tandas puede ser más natural que forzarse a permanecer ocho horas seguidas en la cama.
📉 Además, dormir más de 9 horas seguidas puede aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias hasta un 35%. Por el contrario, descansar menos de 7 horas tampoco es ideal. La clave es la calidad del sueño, no solo su cantidad.
🧠 La ciencia moderna está volviendo a valorar esa flexibilidad del sueño antiguo. Y cada vez más expertos coinciden: no hay una receta mágica, cada persona debe ajustar su descanso según su genética, edad, salud y rutina.
🧊 Un detalle crucial para dormir mejor: la temperatura. El cuerpo necesita enfriarse para conciliar el sueño. Por eso, la temperatura ideal para el dormitorio está entre 15,6 y 19,4 °C.
💪 Dormir bien también impacta directamente en tus niveles hormonales. Si dormís menos de 6 horas por noche, tu testosterona puede caer hasta un 15% en solo una semana.
🧠 Curiosidad final: En la Edad Media, existía el término “primer sueño” y “segundo sueño”, y los manuales de salud de la época lo mencionaban como algo normal. De hecho, los campesinos solían rezar o tener relaciones sexuales durante esa vigilia nocturna… ¡antes de volver a dormir! 😮📜