Las redes sociales, uno de los fenómenos más disruptivos del siglo XXI, parecen no ser tan bien vistas por los usuarios más jóvenes, especialmente la generación Z. Una encuesta reciente revela que muchos de ellos no solo son conscientes de los efectos negativos que estas plataformas tienen en sus vidas, sino que también se arrepienten de haber dedicado tanto tiempo a ellas. Este cambio de percepción pone en tela de juicio el impacto de las redes sociales en la salud mental y el bienestar de los adolescentes y jóvenes adultos.
El uso de redes sociales entre los jóvenes ha alcanzado niveles sorprendentes, con más del 60% de los encuestados pasando al menos cuatro horas diarias en estas plataformas, y un 23% dedicando siete o más horas al día. A pesar de que muchos de ellos reconocen algunos beneficios personales, el 60% de la generación Z considera que las redes sociales tienen un impacto negativo en la sociedad. Este sentimiento es aún más pronunciado entre mujeres y miembros de la comunidad LGBTQ, quienes afirman verse más afectados emocionalmente.
LOS EFECTOS EN LA SALUD MENTAL Y EMOCIONAL
Los efectos adversos de las redes sociales no se limitan al miedo de perderse algo o a la comparación social. Varios estudios y encuestas, incluida la citada aquí, documentan una serie de riesgos más graves, como la privación del sueño, problemas de autoestima e imagen corporal, y el uso problemático o adictivo de las plataformas. Además, los jóvenes también se exponen a riesgos como la depresión, la ansiedad y la exposición a contenidos nocivos que promueven el suicidio o los trastornos alimentarios.
Entre los usuarios de la generación Z, TikTok y X (anteriormente Twitter) son las plataformas que más arrepentimiento generan, con un 47% y 50% respectivamente, deseando que nunca hubieran sido inventadas. Este dato refleja que, aunque estas redes sociales se presentan como herramientas de conexión y entretenimiento, muchos jóvenes perciben un costo emocional elevado al utilizarlas.
¿REGULAR O NO LAS REDES SOCIALES?
Frente a esta realidad, la mayoría de los encuestados apoya la implementación de medidas para regular el acceso de los menores de edad a las redes sociales. El 69% de los jóvenes respalda la idea de obligar a las empresas tecnológicas a desarrollar opciones más seguras para menores de 18 años, mientras que un 45% afirma que no permitiría que sus hijos tuvieran un teléfono inteligente antes de los 14 años.
Este panorama ha captado la atención de legisladores en Estados Unidos, donde se discute la Ley de Seguridad Infantil en Internet, un proyecto que busca exigir a las plataformas eliminar las funciones adictivas y ofrecer configuraciones más seguras para los usuarios jóvenes. La intención no es limitar la libertad de expresión, sino proteger a los niños del contenido que los algoritmos les sugieren, que a menudo resulta ser más dañino de lo que parece.
Un estudio de 2022 reveló que la comparación social en redes es un fenómeno que no solo afecta a los adolescentes, sino también a adultos de todas las edades, lo que pone en evidencia la magnitud del problema.