📊 Aunque muchos creen que la Generación Z le dio la espalda al matrimonio, los datos cuentan otra historia. Un estudio reciente de The Knot Worldwide reveló que el 86% de los jóvenes nacidos entre fines de los 90 y principios de los 2000 sí se imagina casándose, pero con una condición clara: no quieren seguir el libreto tradicional.
🎨 Para esta generación, el casamiento no es cumplir un protocolo social, sino crear una experiencia personalizada, emocional y auténtica. Lo que prima no es la etiqueta ni el vestido blanco, sino la “vibra” del evento, que debe reflejar quiénes son en esencia los que se casan.
🌿 Ya no se trata de seguir al pie de la letra rituales impuestos, sino de armar celebraciones con identidad, donde las estructuras se relajan y lo importante es el disfrute. Desde ceremonias al atardecer en la naturaleza hasta fiestas donde se mezclan estilos y culturas, la Gen Z apuesta por romper moldes.
🎈 Lejos de considerar al matrimonio como algo pasado de moda, esta generación lo reimagina con estéticas propias, formatos flexibles y una impronta mucho más emocional. El objetivo es claro: menos reglas, más autenticidad.
💌 “Casarse no significa encajar en lo que otros esperan. Queremos que ese día sea 100% nuestro, no de Pinterest ni de los suegros”, comentaba una joven de 24 años en el informe. Una frase que resume toda una filosofía generacional.
📌 ¿Sabías que…?
En varias ciudades de Estados Unidos, como Portland y Austin, ya existen servicios de “bodas pop-up”, donde las parejas pueden casarse en lugares insólitos como bares, parques o ferias vintage, sin avisar a nadie, con solo 24 horas de anticipación y a puro estilo Gen Z. 🌈📸
