La escuela con la que muchos sueñan: sin exámenes ni horarios fijos y con vacaciones libres

Una escuela de Colombia apostó a un modelo pedagógico innovador que dio un giro de 180 grados en su enseñanza. Ubicado en Bogotá, el Colegio Fontán Capital estableció una serie de reglas que escapan de lo común: los estudiantes eligen cuándo tomarse vacaciones, no hay exámenes, no se repite de año e incluso se aceptan mascotas. 

El instituto, presidido por Julio Fontán, se basa en la Educación Relacional Fontán (FRE), un sistema que cumple 30 años y que cuenta con más de 100.000 estudiantes en todo el mundo. No sólo funciona en su país, sino también en Estados Unidos, México, Ecuador, Chile y España.

El sistema de enseñanza colombiano que revoluciona la educación

Cabe destacar que este modelo es muy flexible y se adapta de diferente manera según cada centro escolar. Lo que se mantiene firme es el respeto por los estándares curriculares de cada país; y, además, ante cada innovación se prueba primero en Colombia, pues de funcionar se lleva a los otros lugares. 

“Se necesita una nueva forma de entender y pensar la educación. Los deberes no funcionan. Nuestros estudiantes, que no son alumnos, no están por cursos, sino por niveles de autonomía. También entran en cualquier época del año y terminan en cualquier otra”, afirmó Fontán en diálogo con ABC.

Recordó que con la Revolución Industrial surgió este sistema educativo tradicional que se conoce hoy: horarios estrictos, asignaturas, exámenes. “¿Alguien pensó en lo que necesita el estudiante para poder alcanzar alguna meta? ¿Alguien se planteó cómo funciona el cerebro de un niño?”, se cuestionó el director. Su filosofía pone la educación al servicio de cada alumno (aunque él no los llama “alumnos”, sino “estudiantes”).

Se trata, según resumió, de un modelo educativo basado en el respeto como pilar fundamental. También va por la personalización de los planes académicos, de pensamiento, de comportamiento, de salud, recreación y proyecto de vida. “Cada estudiante tiene una dignidad y, por tanto, un valor en sí mismo que no podemos usar como medio para nada”, agregó. 

Una escuela donde el estudiante es autónomo

En el Colegio Fontán las familias pueden escoger los días de vacaciones cuando quieran, además, el aprendizaje se adapta a quienes sean deportistas de alto rendimiento, músicos que van al conservatorio. Las clases son virtuales o bien se compaginan las clases presenciales con las online.

Desde afuera se ve como un sistema anárquico, pero en realidad hay mucho más orden. “El sistema educativo tradicional tiene un orden aparente muy grande. Todos empiezan y terminan en las mismas fechas, ven los mismos temas, hacen los mismos exámenes,. pero hay mucho desorden en el proceso de cada alumno. Nosotros jugamos al revés: establecemos un orden en el proceso de cada uno de los estudiantes y con eso armamos un orden externo diferente”, explicó el colombiano.

La Educación Relacional Fontán plantea un modelo pedagógico distinto.

Esta flexibilidad se usa para adaptarse a cada uno. El objetivo es que millones de estudiantes tengan herramientas reales para tener calidad de vida ya que el sistema no lo garantiza, según Fontán. Agregó que él llegó con su modelo hace 17 años a un colegio de poco más de 200 alumnos con un nivel socioeconómico bajo y cuyas máximas aspiraciones eran ser camareros; hoy este centro escolar tiene más de mil alumnos y el 96% son universitarios.

Profesiones que en realidad no enseñan

Se aprende de manera autónoma desarrollan la capacidad de adquirir los conocimientos que cada alumno necesita para el resto de la vida. “Se trata de aprender a aprender”, lo resumió el profesional. Un detalle clave es que el educador no tiene que explicar nada a los alumnos porque eso “inhabilita” de alguna manera el aprendizaje autónomo. Además, espera que cada uno salga con la capacidad de que el conocimiento fluya durante el resto de su vida.