La épica de “Don’t Stop Believin'”: La canción más grande de todos los tiempos según Forbes

En el vasto universo musical, la grandeza es una noción subjetiva, pero cuando se trata de números, se revela una verdad casi universal. Recientemente, la prestigiosa revista Forbes coronó una canción como la más grande de todos los tiempos, basándose en su impresionante cantidad de distinciones. Y sí, esta joya atemporal proviene de la década de los ochenta.

Hablamos del clásico imbatible “Don’t Stop Believin'” de Journey, una canción que ha alcanzado la cima de la grandeza musical, certificada nada menos que 18 veces platino por la Asociación de la Industria Discográfica de los Estados Unidos, RIAA.

Este hito monumental significa que la canción ha vendido y sido reproducida en streaming al menos 18 millones de veces, ¡solo en Estados Unidos! Un logro que pocos pueden igualar y que consagra a “Don’t Stop Believin'” como un himno eterno en el panorama musical global.

Sin embargo, este éxito no está solo en su pedestal, ya que en mayo de 2023, “Sunflower” de Post Malone y Swae Lee también alcanzó la impresionante marca de 18 veces platino, compartiendo el glorioso reconocimiento con la legendaria composición de Journey.

La inspiración detrás de “Don’t Stop Believin'” es tan conmovedora como la canción misma. Surgió de una conversación entre el tecladista de la banda, Jonathan Cain, y su padre, en un momento en que Cain dudaba de su futuro en la industria musical. La sabia orientación paterna resonó en el corazón de Cain, llevándolo a escribir una melodía que ha inspirado a millones en todo el mundo a seguir creyendo en sus sueños, sin importar las adversidades.

“Don’t Stop Believin'” es más que una canción; es un himno de esperanza y perseverancia que ha resistido la prueba del tiempo, y que continúa elevando los espíritus y tocando los corazones de generaciones enteras.

Curiosidad del día: Aunque muchos asocian “Don’t Stop Believin'” con su famoso uso en la serie de televisión “Glee”, la canción fue lanzada originalmente en 1981 como parte del álbum “Escape” de Journey, convirtiéndose en un éxito instantáneo y en un pilar del rock clásico.