Con la llegada del verano, las playas de la Costa Atlántica se colman de turistas en busca de descanso y momentos inolvidables. Entre los clásicos que no pueden faltar, destacan los churros, una tradición argentina ideal para acompañar el mate mientras se contempla el mar.
En Villa Gesell, la churrería El Topo se erige como un emblema de esta delicia. Fundada en 1968, esta empresa familiar ha construido una marca sólida que hoy es referencia en el rubro. Juan Navarro, uno de sus dueños, compartió cómo les fue en temporadas anteriores y las expectativas para este verano.
“El año pasado trabajamos un 20% menos que en la temporada 22/23. Sin embargo, las dos temporadas post pandemia fueron excelentes porque mucha gente eligió la costa argentina al no viajar al exterior. La temporada pasada fue similar a la de 2019/20, aunque la de 2020/21 fue pésima por la pandemia”, explicó en diálogo con C5N.
Balance y expectativas para el 2025
En cuanto a diciembre de 2024, Navarro comentó que el clima jugó en contra, afectando ligeramente las escapadas, aunque las ventas igualaron las del año anterior. Sobre enero, señaló que recién comienza: “Se ve bastante gente, no muy diferente a la temporada pasada”.
En el local de Gesell, la venta puede alcanzar los 10.000 churros diarios, e incluso 15.000 en días excepcionales. Respecto a los precios, una docena con dulce de leche en mostrador cuesta $9.600, mientras que en la playa, los canasteros los ofrecen por $1.000 la unidad, $5.500 la media docena y $10.000 la docena.
Innovación: churros salados y sin gluten
El Topo no solo apuesta por los clásicos; también ofrece opciones saladas y sin TACC. Los churros salados incluyen variedades como roquefort, cheddar, leberwurst, jamón y queso, e incluso vitel toné en fiestas. “Los salados se venden más al mediodía o en la tarde, como picada, acompañados de cerveza o fernet”, indicó Navarro.
Por otro lado, los churros sin TACC nacieron por la demanda en redes sociales. Para garantizar su calidad, abrieron locales exclusivos sin gluten, el primero en Belgrano en 2022, y ya suman cuatro en el país. “Decidimos cobrar el mismo precio que los tradicionales, para que los celíacos no paguen más, y fue un éxito”, afirmó.
Una historia que sigue creciendo
La churrería fue fundada por Hugo Navarro y su padrino “Cacho” Elías, quienes trajeron su experiencia desde Buenos Aires a Villa Gesell. Con el tiempo, y gracias a la viralización en redes, la segunda y tercera generación impulsaron la expansión. Actualmente, cuentan con 22 locales en ciudades como Buenos Aires, Pinamar, Mar del Plata, Bariloche y Bahía Blanca.
Aunque la demanda crece, especialmente desde el extranjero, la empresa sigue operando con locales propios, sin franquicias. Para 2025, planean abrir en Tandil, y la familia seguirá evaluando nuevas ubicaciones. “Un miembro de la tercera generación definirá dónde abrir el próximo local”, concluyó Navarro.
El legado de El Topo continúa escribiéndose, con la promesa de llevar más churros a todos los rincones del país y más allá.