La posibilidad de descubrir señales de tecnología extraterrestre parece estar más cerca que nunca, al menos según Simon Holland, un cineasta científico que recientemente agitó el mundo de la astronomía con sus declaraciones sobre un posible hallazgo inminente. Holland, conocido por sus documentales financiados por la NASA, aseguró que estamos a días de un anuncio monumental que podría cambiar la historia de la humanidad: la confirmación de vida extraterrestre. Según él, el hallazgo ya se habría realizado y actualmente habría una “carrera” entre dos grandes grupos de astrónomos para ser los primeros en confirmar esta revelación.
La Carrera por la Verdad: Breakthrough Listen vs. FAST
Holland explicó que los dos programas en competencia son Breakthrough Listen, financiado por magnates como Mark Zuckerberg y Yuri Milner y con base en la Universidad de California, Berkeley; y el programa chino FAST, con el radiotelescopio más grande del mundo. Breakthrough Listen es uno de los proyectos SETI más importantes y ambiciosos a nivel global, destinado a rastrear señales de radio en el espacio profundo que pudieran ser indicios de actividad tecnológica no humana.
En 2019, Breakthrough Listen captó una señal de radio peculiar en la dirección de Próxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro sistema solar. Esta señal, llamada BLC-1, presentaba un espectro electromagnético estrecho que no correspondía con ningún fenómeno natural conocido. Según Holland, la fuente de la señal podría ser una “tecnofirma”, es decir, un indicador de tecnología creada por una inteligencia avanzada. Sin embargo, en 2021, investigaciones adicionales sugirieron que la señal BLC-1 podría haber sido resultado de una interferencia de radiofrecuencia terrestre.
¿Qué Significa Realmente una “Tecnofirma”?
Para aclarar los rumores, Infobae consultó a Andrew Siemion, director de Breakthrough Listen, quien señaló que los conceptos de “inteligencia extraterrestre” y “tecnología no humana” son ambiguos y difíciles de definir. “No tenemos forma concreta de detectar o incluso de definir lo que consideramos inteligencia”, explicó Siemion. “Es más preciso hablar de ‘tecnofirmas’, que se refiere a cualquier indicador de tecnología detectable a distancia. Aunque es difícil determinar la tecnología en un sentido amplio, es más directo que referirse a inteligencia”.
Siemion advirtió que, si bien la detección de una señal inusual como BLC-1 despertó esperanzas, las investigaciones concluyeron que su origen era humano. Desde entonces, el equipo ha continuado la búsqueda, observando miles de estrellas cercanas en el cosmos. A pesar de no haber hallado ninguna tecnofirma concluyente, Siemion mantiene que es posible que, con los avances actuales en tecnología, en algún momento detecten una señal que realmente sea de origen no terrestre.
La Curiosa Señal BLC-1: Expectativa y Desilusión
La señal BLC-1 se convirtió rápidamente en una posible candidata para una tecnofirma extraterrestre, lo que generó un gran interés en la comunidad científica y el público en general. La señal fue detectada en abril y mayo de 2019 en el Observatorio Parkes de Australia, y parecía proceder de Próxima Centauri. Sin embargo, a medida que se realizaban estudios adicionales, se observó que no presentaba los patrones necesarios para confirmar que fuera de origen espacial. Finalmente, se concluyó que la señal probablemente fue producto de interferencias de radiofrecuencia originadas en la Tierra.
A pesar de estos resultados, Holland sostiene que los datos actuales son diferentes y prometen un avance inminente. El cineasta asegura que los equipos de astronomía de Breakthrough Listen y FAST han intensificado sus investigaciones para verificar la fuente y autenticidad de las señales captadas. Según él, uno de los equipos podría estar a días de confirmar la existencia de una señal de tecnología no humana.
De LGM-1 a la Señal “Wow!”: Antecedentes en la Búsqueda de Vida Extraterrestre
La astronomía ha tenido otros momentos de alta expectativa en la búsqueda de vida en el universo. En 1967, la investigadora Jocelyn Bell Burnell descubrió una señal de radio denominada LGM-1, que inicialmente se pensó que podía ser de origen extraterrestre, aunque finalmente resultó ser el primer púlsar, una estrella de neutrones rotatoria. En 1977, el radiotelescopio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio captó la famosa “Señal Wow!”, un impulso electromagnético de 72 segundos que hasta la fecha sigue siendo un enigma. A diferencia de otros intentos de detección, esta señal fue particularmente notable debido a su alta intensidad y al hecho de que nunca se volvió a captar.
El caso de BLC-1 sigue una trayectoria similar: expectativas iniciales, un análisis riguroso y una conclusión que resultó ser menos extraordinaria de lo esperado. Sin embargo, a diferencia de la señal Wow!, BLC-1 fue observada solo una vez y no cumplió con las características necesarias para ser considerada una prueba concluyente de tecnología alienígena.
¿Qué se Necesita para Confirmar la Existencia de Vida Extraterrestre?
Steve Croft, científico de Breakthrough Listen en la Universidad de Oxford, explicó que para confirmar una tecnofirma de origen extraterrestre es necesario detectar la señal en el cielo y, preferiblemente, con múltiples telescopios en distintas ubicaciones. Este proceso de verificación es fundamental para descartar interferencias humanas, que son frecuentes en investigaciones de este tipo debido a la gran cantidad de señales de radio que produce la tecnología terrestre, como el WiFi, torres de telefonía y satélites GPS.
Croft también detalló que una de las características de BLC-1 que la hacía especial es que su frecuencia era muy estrecha, lo cual usualmente sugiere una fuente artificial, y mostraba indicios de movimiento en relación con el receptor. Sin embargo, la señal no fue lo suficientemente consistente para eliminar la posibilidad de interferencia humana.
La Importancia de Breakthrough Listen y FAST en la Exploración Espacial
Breakthrough Listen ha sido uno de los programas más relevantes en la búsqueda de vida extraterrestre. El proyecto utiliza telescopios de última generación en colaboración con diversos observatorios alrededor del mundo, y recibe financiamiento de figuras como Mark Zuckerberg y Yuri Milner, quienes buscan ampliar los horizontes de la humanidad a través de descubrimientos científicos. FAST, por su parte, representa el telescopio de plato único más grande del mundo, ubicado en China, y permite un nivel de sensibilidad sin precedentes en la detección de señales de radio.
Ambos programas se encuentran en una competencia amistosa por realizar uno de los descubrimientos más esperados de todos los tiempos: la confirmación de vida fuera de la Tierra. Sin embargo, el camino para llegar a una conclusión definitiva sigue siendo complicado debido a las interferencias y los desafíos técnicos de identificar una señal auténticamente extraterrestre.
La Gran Pregunta: ¿Estamos Solos?
A pesar de los rumores y la emoción generada por los últimos hallazgos, los astrónomos de ambos proyectos mantienen la cautela. “Encontrar vida fuera de la Tierra sería revolucionario”, comenta Siemion. “Pero debemos ser meticulosos y rigurosos en nuestra búsqueda para que cualquier afirmación se base en pruebas indiscutibles”.
La confirmación de vida extraterrestre no solo alteraría nuestro entendimiento del universo, sino también nuestra propia identidad como especie. A lo largo de los años, la humanidad ha contemplado la posibilidad de no estar sola en el cosmos, y los avances tecnológicos están acercándonos cada vez más a obtener una respuesta definitiva.
Como curiosidad, el Proyecto Ozma, dirigido por Frank Drake en 1960, fue uno de los primeros en utilizar radiotelescopios para captar señales del espacio. Aunque no obtuvo resultados concluyentes, sentó las bases para futuras investigaciones como Breakthrough Listen y FAST, que hoy representan nuestra mejor esperanza de resolver el enigma que ha fascinado a generaciones: la búsqueda de vida en el universo.