“Homo juluensis”: identifican posible nueva especie humana

Homo juluensis: una nueva especie humana podría reescribir la evolución

Hace entre 300.000 y 50.000 años, Asia oriental fue un crisol de especies humanas conviviendo en una región clave para la evolución. Un estudio reciente publicado en Nature Communications propone la existencia de una nueva especie humana, el Homo juluensis, que podría cambiar nuestra comprensión sobre el pasado.

Apodados como “Juluren” o “gente de cabeza grande”, por el paleoantropólogo Xiujie Wu y el antropólogo Christopher Bae, estos antiguos humanos habrían compartido el territorio con Homo sapiens y neandertales. Lo que los hace particularmente fascinantes es su cerebro, más grande que el de cualquier otro homínido conocido de su época, incluida nuestra especie.

Vida y habilidades del Homo juluensis

Según el comunicado de la Universidad de Hawái, estos homínidos habitaban los bosques del noreste de China, donde cazaban caballos en grupos pequeños, fabricaban herramientas de piedra y procesaban pieles para su supervivencia.

Sus restos fósiles, descubiertos en China, habían sido previamente atribuidos a los denisovanos, pero un análisis más detallado llevó a Wu y Bae a concluir que estos fósiles no encajan en ninguna categoría conocida, como neandertales, Homo erectus o humanos modernos.

Una relación compleja con los denisovanos

Una de las hipótesis más intrigantes del estudio sugiere que los denisovanos, conocidos principalmente por su ADN, podrían no ser una especie distinta, sino una subpoblación del Homo juluensis. Similitudes entre los dientes y mandíbulas de ambas poblaciones refuerzan esta idea, aunque los investigadores admiten que se necesitan más pruebas.

“Estos fósiles representan una nueva forma de homínido de cerebro grande”, afirmaron Wu y Bae en un artículo publicado en PaleoAnthropology.

Un rompecabezas evolutivo

Los fósiles del H. juluensis presentan una combinación única de características: rasgos dentales típicos de los neandertales y otros distintivos que no corresponden a ningún homínido conocido, incluidos los denisovanos.

“El registro de Asia oriental nos obliga a reconocer la complejidad de la evolución humana y a replantear los modelos existentes”, señalaron los investigadores.

Un árbol genealógico más diverso

En las últimas décadas, el árbol evolutivo humano ha crecido considerablemente. Descubrimientos como el Homo floresiensis (2003) en Indonesia, el Homo luzonensis (2007) en Filipinas, los denisovanos (2010) en Rusia, y el Homo longi (2021) en China han ampliado nuestro conocimiento. Ahora, el Homo juluensis se suma a esta lista.

El antropólogo John Hawks, ajeno a la investigación, calificó el estudio como “provocador” y señaló que el registro humano en Asia es “más amplio de lo que muchos especialistas creían”.

Aunque los hallazgos son prometedores, los investigadores destacan la necesidad de más evidencia para confirmar la conexión entre el Homo juluensis y otros grupos como los denisovanos. Sin embargo, este estudio representa un avance significativo en el entendimiento de la compleja red de ancestros humanos en Asia.

Editado por Felipe Espinosa Wang, con información de Nature Communications, Science Alert y la Universidad de Hawái.