Gran House Tucumán, la réplica de GH que arrancó como una parodia y se transformó en un fenómeno viral

Este verano, Tucumán se convierte en el escenario de un fenómeno televisivo sin precedentes: Gran House Tucumán. Lo que comenzó como una parodia del conocido formato de Gran Hermano, ha evolucionado hacia un reality show auténtico que promete entretener y conectar con el público de una manera única. Con 20 participantes, todos oriundos de Tucumán, este programa destaca por su diversidad, incluyendo desde influencers hasta personas con perfiles más tradicionales, todos compartiendo el objetivo común de alcanzar la fama.

El productor y conductor, Mariano Villafuerte, compartió con entusiasmo en FM La Tucumana 95.9 el origen y las expectativas del proyecto, marcando una diferencia clara con el Gran Hermano tradicional en términos de convivencia y participación. A diferencia del formato original, los concursantes de Gran House Tucumán tendrán la libertad de entrar y salir del hostal, brindando un giro interesante al concepto de reality show.

El programa se desarrolla en el antiguo Tucu Tucu Hostel, transformado ahora en la casa de Gran House Tucumán, ubicada en Álvarez Condarco 245. La dinámica del show incluye juegos inspirados en la infancia, debates semanales, y pruebas sorpresa, todo dentro de un marco de respeto y sin la utilización de celulares, para promover la interacción genuina entre los participantes.

Entre los concursantes, figuran personajes tan variados como Gabi Castro, Albin Famaillá, La hora de Maxi, Gabriel Ovejero, y Jesús Alderete, entre otros, cada uno aportando su propia esencia y sueños al programa. Desde la expectativa de Yaznín Vega, pasando por la entrada triunfal de Albin Famaillá con su dinosaurio de peluche, hasta la estrategia natural de Maxi, el programa promete un abanico de personalidades y enfoques que enriquecerán cada episodio.

La participación del público juega un rol fundamental en Gran House Tucumán, con la interacción a través de Instagram y WhatsApp, permitiendo una conexión directa entre los espectadores y los concursantes. Además, se han prometido premios sorpresa y un premio en efectivo para el ganador, añadiendo un incentivo extra para el entusiasmo y la competencia.

Con una duración prevista de tres meses, Gran House Tucumán no solo busca entretener, sino también explorar y celebrar la cultura tucumana a través de sus participantes. Este reality show representa una oportunidad única para que personas comunes muestren su talento, personalidad y, sobre todo, el espíritu de una provincia que se caracteriza por su calidez y diversidad.

La reacción del público ha sido variada, desde el asombro hasta el apoyo, reflejando la curiosidad y el entusiasmo que este innovador formato ha despertado. Gran House Tucumán es una prueba de que la creatividad y la autenticidad pueden transformar una idea paródica en un proyecto televisivo con identidad propia, que promete ser un hito en la historia de la televisión local.