Este lunes debía marcar el comienzo de un nuevo ciclo lectivo en Gaza, pero el territorio sigue devastado por la guerra entre Israel y Hamas, y las aulas continúan vacías. Los ataques aéreos persisten, el sistema educativo está paralizado, y las infraestructuras de enseñanza en Gaza han sido gravemente afectadas, con el 90% de las escuelas destruidas o dañadas. La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) ha convertido muchas de ellas en refugios para familias desplazadas.
La paralización de las escuelas pone en riesgo a miles de niños que no solo pierden la oportunidad de aprender, sino que también se enfrentan a la amenaza de caer en situaciones de explotación o reclutamiento por parte de grupos armados. Según la UNRWA, se calcula que 625.000 niños han interrumpido su escolaridad, a los que se suman otros 58.000 que deberían haber comenzado este lunes.
En paralelo, la crisis sanitaria se agrava con el reciente rebrote de polio, un virus erradicado en Gaza hace 25 años. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una campaña de vacunación que espera alcanzar a 640.000 niños, con más de 450.000 ya vacunados en una primera etapa.
Mientras tanto, los enfrentamientos continúan intensificándose. Israel mantiene ataques aéreos en respuesta a proyectiles lanzados desde Gaza y ha emitido nuevas órdenes de desalojo para los habitantes del norte de la franja. El conflicto, que comenzó en octubre con un ataque sorpresa de Hamas que dejó más de 1.200 muertos en Israel, sigue cobrando vidas. Según el Ministerio de Sanidad gazatí, las cifras de víctimas ya superan las 40.000, con más de 94.000 heridos.