Expertos en neurociencia investigaron si los perros sueñan

Los perros generalmente muestran comportamientos curiosos como contraerse, ladrar e incluso desplomarse mientras duermen, lo que llevó a investigar la verdad sobre si estos animales tienen sueños. Y es que aunque no pueden comunicar sus experiencias oníricas a través del lenguaje, las investigaciones indican que es casi seguro que sueñan.

Según un artículo publicado por Popular Science, los estudios demostraron que la actividad cerebral de los perros durante el sueño sugiere fuertemente la existencia de sueños. Durante la fase de sueño de movimientos oculares rápidos (REM), tanto los humanos como los perros muestran una actividad cerebral muy similar a la que tienen cuando están despiertos.

Es durante esta fase cuando las personas sueñan y, probablemente, lo mismo sucede con los perros. Un estudio publicado en Scientific Reports concluyó que se puede aprender sobre el sueño humano estudiando la actividad cerebral de los perros.

Qué dicen los expertos

El filósofo de la ciencia David M. Peña-Guzmán, en su libro When Animals Dream: The Hidden. Mundo de la Conciencia Animal, explica que “no se trata de encontrar una sola pieza de evidencia que haga o deshaga el caso de los sueños con animales. Se trata más bien de analizar una compleja red de apoyo probatorio”. Esta complejidad también fue observada en chimpancés por la primatóloga Kimberly Mukabee, quien señaló que los animales dormidos utilizaban lenguaje de señas para pedir café, algo que habían aprendido mientras estaban despiertos.

Los experimentos sobre la atonía muscular, como los realizados por el neurocientífico Michel Jouvet en los años 60 con gatos, también apoyan la idea de que los animales sueñan con actividades de su vida diaria. Jouvet observó a gatos con daños en la protuberancia del tronco encefálico, que durante el sueño REM saltaban y arañaban, sugiriendo que soñaban con la caza. Stanley Coren, profesor de psicología y autor de¿Sueñan los perros? Casi todo lo que tu perro quiere que sepas, asegura que los perros han demostrado un comportamiento similar al de los gatos en estos estudios.

Un punto clave que se resalta es que los perros basan su percepción del mundo, principalmente, en su sentido del olfato. La nariz de un perro contiene cientos de millones de receptores olfativos, una cantidad mucho mayor en comparación con los humanos, que suelen tener al rededor de 6 millones.Peña-Guzmánsugiere que “debido a que experimentan el mundo a través de la nariz, es razonable suponer que el olfato informa cómo experimentan los sueños”.

Aunque nunca se podrá saber exactamente con qué sueñan los perros, Peña-Guzmán sugiere que, si uno se basa en sus emociones, vida social y memoria, se pueden inferir ciertos aspectos de sus sueños. También señaló que “en cuanto se puede atribuir razonablemente el sueño a una criatura, automáticamente hay que atribuirle conciencia”. “Soñar es una realidad interna que se vive”, afirmó. “Y eso es normalmente lo que entendemos por conciencia. Es algo que experimenta un organismo y que le revela un cierto tipo de mundo”, aseguró. Esta idea podría tener implicaciones más allá de la curiosidad, afectando tanto las leyes como las percepciones sociales hacia los animales.

En este contexto, Peña-Guzmán recibió comentarios de lectores que mencionaron que su libro “eliminó una nueva capa de complejidad” o “reveló un nuevo tipo de profundidad” en la relación con sus mascotas. Este cambio de perspectiva podría contribuir a una mayor reflexión sobre el bienestar mental de los animales, y a un trato más considerado y respetuoso hacia ellos.

FUENTE: Infobae