🌐 La inteligencia artificial ha dado un paso más hacia la emulación de los sentidos humanos, esta vez con el olfato. Alex Wiltschko, exinvestigador de Google Research, ha liderado la creación de un “mapa de olores” que permite a las máquinas predecir y generar fragancias a partir de la estructura química de las moléculas, utilizando algoritmos de aprendizaje automático.
💡 Esta innovación, desarrollada por su startup Osmo, podría transformar industrias como la perfumería, la alimentación, y la realidad virtual. El objetivo es digitalizar el olfato, un sentido que hasta ahora había permanecido fuera del alcance de la IA. Con esta tecnología, se podrían crear nuevas esencias, evitar errores humanos en la producción de fragancias, e incluso personalizar productos cotidianos como perfumes y lociones.
🔍 La tecnología detrás de esta revolución consiste en analizar y clasificar partículas de fragancias, replicando el proceso que realiza el ser humano. Con ello, las máquinas no solo podrán generar olores completamente nuevos, sino también reproducir aromas existentes con gran precisión, lo que podría tener aplicaciones en la conservación del patrimonio cultural y en terapias olfativas personalizadas.
🌱 Sin embargo, esta incursión en el ámbito del olfato plantea preguntas éticas y desafíos técnicos. La subjetividad en la percepción de los olores y la posibilidad de manipular emociones a través de fragancias artificiales son aspectos que requerirán un enfoque cuidadoso y controlado.
📚 Curiosidad: El olfato es el sentido más antiguo en términos evolutivos, y está directamente relacionado con la memoria y las emociones. ¿Sabías que los olores pueden evocar recuerdos más vívidos que las imágenes o los sonidos? Esto se debe a que el bulbo olfatorio, responsable de procesar los olores, tiene una conexión directa con el sistema límbico, la parte del cerebro que gestiona las emociones y la memoria.