La música clásica ha sido durante mucho tiempo un recurso popular para mejorar la concentración, pero ¿qué dice la ciencia al respecto? Según expertos en neurología y neuropsicología, aunque no está demostrado que la música clásica potencie directamente la atención, sí hay ciertos beneficios asociados a escuchar música.
Laura Herrero, neuropsicóloga, explica que la música instrumental, como la clásica, tiende a interferir menos en la concentración que aquella con letra, lo que podría explicar su popularidad. Sin embargo, señala que no hay evidencia concluyente de que escuchar música favorezca la atención o la memoria durante una tarea.
Por su parte, Manuel Arias, miembro de la Sociedad Española de Neurología, destaca que la música es un lenguaje universal procesado de forma distinta en el cerebro, lo que reorganiza la actividad neuronal. Esto puede influir positivamente en el estado de ánimo, un factor clave para la atención. Además, el experto menciona que el aprendizaje musical temprano refuerza áreas cerebrales como el cerebelo, mientras que en programas de rehabilitación, escuchar música puede mejorar el ánimo de pacientes que han sufrido un ictus.
En cuanto al célebre “efecto Mozart”, Arias aclara que, aunque se ha sugerido que la música de este compositor potencia ciertas funciones cerebrales, sus efectos dependen de múltiples factores, incluyendo las circunstancias y preferencias del oyente.
Un estudio reciente de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC) también refuerza la idea de que la música tiene un impacto subjetivo. La investigación reveló que escuchar música clásica de fondo no mejora ni empeora el aprendizaje en personas con deterioro cognitivo leve, aunque sí se observó un efecto positivo con música más activadora en aquellos acostumbrados a usarla para regular sus emociones.
En conclusión, aunque la música clásica no garantiza una mejora directa en la concentración, su capacidad para influir en el estado emocional y reorganizar la actividad cerebral la convierte en una aliada valiosa para muchas personas. La clave está en elegir lo que mejor funcione para cada uno.