Desde hace miles de años, los perros han perfeccionado una de sus armas más efectivas para conquistar corazones: los famosos “ojos de cachorro” 🐶. Un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences reveló que esta expresión no es fruto del azar, sino de un cambio anatómico que surgió gracias a la domesticación.
El músculo clave es el levator anguli oculi medialis, ausente en lobos, que permite levantar la ceja interna y dar a los ojos un aspecto más grande y tierno 😍. Según la psicóloga Juliane Kaminski, este gesto provoca en los humanos una reacción emocional similar a la que despiertan los rasgos infantiles, favoreciendo el vínculo afectivo.
Curiosamente, los perros que más levantan las cejas son adoptados más rápido en refugios, según investigaciones realizadas en 2013. Esto sugiere que el gesto, además de conmover, tiene un claro beneficio evolutivo y social 💡.
Los lobos, en cambio, carecen de este desarrollo muscular, lo que limita sus expresiones faciales. La única raza de perro analizada que no presenta este rasgo marcado fue el husky siberiano, posiblemente por su antigüedad como raza.
Expertos como Brian Hare, de la Universidad de Duke, creen que no se trató de una selección intencional por parte de los humanos, sino de una ventaja natural que ayudó a los perros a convivir más estrechamente con nosotros a lo largo de 20.000 años.
Hoy, los “ojos de cachorro” no solo son un gesto adorable, sino también la prueba viva de que la evolución puede moldear hasta las miradas más dulces para fortalecer la conexión entre especies 💞.