Uno de los spots de campaña de Alberto Fernández para las elecciones de 2019 era que la gente pueda volver a comer asado. Pero hoy, 4 años más tarde, se convirtió en un privilegio.
En octubre, de acuerdo con el relevamiento del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), los precios de los distintos cortes de carne vacuna en el AMBA aumentaron un 1.7% en octubre con respecto al mes anterior y acumularon un incremento interanual del 162.6%.
Puntualmente, el asado de tira subió 2,5% en el décimo mes del año y trepó a los $ 3.028 el kilo, lo que da una suba de 151% versus octubre 2022
Pero si se compara el precio de la carne contra diciembre de 2019 ($290), fecha en que asumió Alberto Fernández, el incremento alcanzó el 954%.
Caída en el consumo
Argentina ostenta el mayor consumo de carne vacuna del mundo con 51 kilos por habitante al año. Sin embargo, la cifra llegaba a 74,1 kilos hace treinta años, es decir que cayó un 31% en ese período, y las causas fundamentales del descenso ha sido la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y la altísima inflación. A esto se suma otro factor que preocupa: la elevada liquidación de hembras de los rodeos que implicarían una menor producción futura de terneros y en consecuencia de carne. Y ante una reducción de la oferta, subirían aún más aún los precios en el mostrador.
El pico de consumo se alcanzó en septiembre de 1993, mientras que el mínimo se dio en diciembre de 2021, con 47,9 kilogramos por persona. En este país, donde la ceremonia del asado es tradición, durante los últimos siete años se observó un proceso de sustitución de carnes. En enero de 2017 se consumían 43,5 kilos de pollo y 12,8 de cerdo mientras que en septiembre de 2023, se consumieron 45,9 kilos de pollo y 16,7 kilos de cerdo, es decir que, hubo un incremento del 5,5% y del 30,5%, respectivamente. El consumo total de los tres tipos de carnes fue de 113,6 kilos en septiembre de este año, de los cuales la vaca representó el 44,9%, el pollo un 40,4% y el cerdo un 14,7%.
“En los últimos seis años y nueve meses, existe una correlación positiva entre la caída del consumo de carne vacuna y la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos de los argentinos y los aumentos de los precios”, indicó el Instituto de Economía (INECO) de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) en un informe realizado en base a datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGyP).
Según el informe, el precio de un kilo de asado en enero de 2017 era de $115, mientras que en septiembre de 2023 se ubicó en $2.954. En tanto, la remuneración promedio bruta del sector formal desestacionalizada de enero de 2017 fue de $21.788, mientras que la de septiembre de este año llegó a $391.382.
Así, en enero de 2017, un salario promedio podía comprar 189 kilos de asado, mientras que en septiembre de 2023, pudo comprar 132 kilos, 57 kilos menos./Clarin