En el corazón de General Rodríguez, se erige un santuario único en su especie, “El Paraíso de los Animales”, un refugio que se ha convertido en hogar para más de 850 animales rescatados, donde la compasión y el amor por los seres más vulnerables se materializan. Fundado por Gabriela Bezeric, este oasis de esperanza enfrenta uno de sus momentos más críticos, sumido en una profunda crisis económica que amenaza su continuidad.
Con una diversidad que abarca desde toros y vacas hasta carpinchos, perros, gatos y gallinas, este santuario representa el esfuerzo titánico de personas dedicadas a brindar una segunda oportunidad a aquellos animales que han sido rescatados de situaciones de maltrato, abandono o incluso de una muerte segura. Sin embargo, la realidad económica del país no ha dejado indemne a “El Paraíso de los Animales”, que hoy se ve en la encrucijada de sostener el bienestar de sus residentes frente a un costo de alimentación que asciende a más de $2 millones mensuales, sin contar los gastos veterinarios y de infraestructura que requiere el cuidado de tal cantidad de vidas.
La labor de Gabriela y su equipo se ha visto aún más desafiada por la escasez de mano de obra y por las dificultades para llevar a cabo las obras necesarias para mantener y mejorar las instalaciones del santuario. Pese a los obstáculos, el compromiso inquebrantable con los animales se mantiene firme, apoyado por el trabajo incansable de voluntarios que día a día contribuyen a alimentar, bañar y cuidar de cada uno de los habitantes de este refugio.
La historia de “El Paraíso de los Animales” comenzó hace casi 50 años, cuando Gabriela, movida por un profundo amor hacia los animales, decidió crear un espacio donde pudieran vivir en paz y dignidad. Desde entonces, el santuario ha sido testigo de innumerables historias de rescate y rehabilitación, convirtiéndose en el primer refugio multiespecie del país y en un emblema de la lucha contra la crueldad animal.
Hoy, más que nunca, “El Paraíso de los Animales” necesita de la solidaridad y el apoyo de la comunidad. La visión de Gabriela de expandir el santuario para incluir un hospital veterinario y asegurar un espacio más amplio para el esparcimiento de los animales requiere de una colaboración que trascienda lo individual. Es un llamado a la acción para todos aquellos que creen en un mundo más justo para los animales, donde cada contribución puede marcar la diferencia en la vida de estos seres que tanto han sufrido.
En un país marcado por la crisis, la historia de “El Paraíso de los Animales” resalta la importancia de la empatía, la solidaridad y el compromiso con los más vulnerables. Gabriela Bezeric y su equipo demuestran que es posible cambiar el destino de cientos de animales, pero para continuar esta noble misión, necesitan de la ayuda de todos.