El misterio del plástico perdido: revelan dónde termina la basura que no se ve en el mar

Miles de toneladas de plástico ingresan cada año a los océanos del planeta, pero la superficie del mar muestra apenas una pequeña parte de esa contaminación. Esta aparente contradicción desconcertó durante años a los científicos, que bautizaron el fenómeno como el misterio del plástico perdido.

Un equipo de investigadores del Reino Unido acaba de ofrecer una respuesta más precisa y compleja de lo que se pensaba. El estudio, publicado en la revista Philosophical Transactions A, explica que los plásticos grandes pueden permanecer flotando más de un siglo antes de desaparecer completamente de la superficie.


Plásticos que flotan por décadas

Los científicos detectaron que la mayor parte del plástico arrojado al mar no se encuentra visible en la superficie, sino que se fragmenta lentamente a lo largo del tiempo. El sol, las olas y los microorganismos degradan el material hasta convertirlo en partículas diminutas conocidas como microplásticos.

El trabajo fue liderado por el doctor Nan Wu, de la Universidad Queen Mary de Londres, junto con colegas de HR Wallingford, el Servicio Antártico Británico y la Universidad de Plymouth.


La basura invisible

Durante años, los especialistas notaron una brecha entre la cantidad de plástico que se arroja al mar y la que se logra observar flotando. Para entender qué ocurría, el equipo británico desarrolló un modelo computacional que simula el viaje del plástico desde que ingresa al océano hasta que se degrada en fragmentos microscópicos.

El modelo incluyó el efecto de la llamada “nieve marina”, una mezcla de restos orgánicos y minerales que se adhiere a los microplásticos y favorece su hundimiento hacia el fondo del mar.

Gracias a esta simulación, los investigadores pudieron observar cómo los plásticos grandes se fragmentan durante décadas, hasta adherirse a la nieve marina y desaparecer de la superficie.


Resultados principales

El modelo permitió obtener una visión detallada del destino del plástico en el océano:

  • Las botellas y objetos plásticos visibles pueden tardar entre 10 y 100 años en fragmentarse completamente.
  • Los microplásticos pueden permanecer suspendidos durante años antes de unirse a la nieve marina y hundirse.
  • El desgaste por el sol, el agua y los microbios no elimina el plástico rápidamente, sino que solo lo fragmenta.
  • El aumento de microplásticos puede alterar procesos naturales esenciales, como el transporte de nutrientes y carbono.

Los autores señalaron que estos resultados podrían refinarse con nuevos datos y tecnologías más precisas.


Un problema intergeneracional

La científica Kate Spencer, coautora del estudio, advirtió que la contaminación por microplásticos “es un problema intergeneracional”. Según explicó, “nuestros nietos seguirán intentando limpiar los océanos aunque dejemos de contaminar con plástico mañana”.

Por su parte, el profesor Andrew Manning señaló que la investigación “permite entender por qué hay tanto plástico que esperamos encontrar en la superficie, pero no vemos”.

Manning agregó: “Cuando los plásticos grandes se fragmentan, alcanzan un tamaño lo suficientemente pequeño como para adherirse a la nieve marina y hundirse. Pero ese proceso tarda décadas. Incluso tras cien años, siguen flotando fragmentos que continúan desintegrándose”.


Más prevención, menos limpieza

El estudio enfatiza que el plástico no desaparece por sí solo. Frente a esta evidencia, los investigadores propusieron dos líneas de acción prioritarias:

  1. Reducir la entrada de plásticos al océano, controlando la contaminación desde su origen.
  2. Diseñar políticas de largo plazo, que no se limiten a las limpiezas superficiales, sino que aborden todo el ciclo de vida del plástico.

En ese sentido, recordaron que desde 2022 se negocia en el marco de Naciones Unidas un “Tratado Mundial sobre la Contaminación por Plásticos”, que busca establecer regulaciones vinculantes sobre el diseño, producción y eliminación de plásticos. Por el momento, las conversaciones siguen estancadas.