El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) de Argentina se ve afectado por significativos recortes en su presupuesto y en el personal, según la Resolución 16/2024 publicada en el Boletín Oficial. Esta medida ha suscitado preocupación en la industria cinematográfica nacional, ya que suspende cualquier tipo de apoyo económico a los diferentes agentes de la cadena productiva del cine argentino, incluyendo desde ayudas para subtitulado y tráilers hasta fondos para estrenos de películas y asistencia a festivales y ferias internacionales.
La resolución, que forma parte de las políticas del gobierno de Javier Milei, incluye también la no renovación de contratos de personal que vencen a finales de marzo. Este ajuste afecta directamente a cerca de 90 trabajadores estables y más de 80 tutores de proyectos presentados, según información de Infobae. Además, se anticipa el cierre de la plataforma digital y audiovisual Cine.ar, la venta del cine Gaumont y la exigencia de financiamiento privado para el Festival de Cine de Mar del Plata, marcando un claro retroceso en el apoyo estatal al sector cultural.
Esta situación ha motivado la convocatoria de una marcha por parte de ATE (Asociación Trabajadores del Estado) el 14 de marzo en el Congreso, buscando reunir a los cinéfilos y a la comunidad en general para protestar contra estas medidas.
Dato curioso: El cine argentino ha sido reconocido internacionalmente por su calidad y originalidad, llegando a obtener premios en festivales como Cannes, Berlín y Venecia. La industria cinematográfica no solo es una expresión cultural vital, sino también una fuente significativa de empleo y desarrollo económico en el país. Estas medidas representan un gran desafío para el futuro del cine nacional, poniendo en riesgo la continuidad de una industria que ha contribuido enormemente a la cultura y al entretenimiento global.