El futuro de la construcción es vivo

¿Qué pasaría si los edificios pudieran curarse solos? ¿Y si los materiales con los que se construyen pudieran crecer como seres vivos? Parece ciencia ficción, pero es realidad científica en desarrollo.

Según Smithsonian Magazine, científicos están explorando materiales de construcción vivos, creados a partir de hongos y bacterias, que prometen reducir drásticamente el impacto ambiental de la arquitectura tradicional. Además, ofrecen beneficios únicos como la autorreparación, la biomineralización y hasta la capacidad de autolimpieza.


Adiós concreto, hola biomateriales

El concreto, tan común en nuestras ciudades, es también uno de los mayores responsables de las emisiones de carbono, generando hasta un 8% del total global. La necesidad de alternativas más sustentables llevó a investigadores a mirar hacia la naturaleza en busca de respuestas.

Y la encontraron en un dúo fascinante:

  • El micelio del hongo Neurospora crassa, que forma estructuras resistentes tipo red.
  • La bacteria Sporosarcina pasteurii, conocida por su capacidad de biomineralización, un proceso natural similar al que forma huesos y corales.

Al combinar estos dos organismos en condiciones controladas, los científicos desarrollaron un biomaterial ecológico y resistente, que se endurece como piedra gracias a la formación de carbonato de calcio, pero con un origen completamente biológico.


Tecnología con conciencia ecológica

El hallazgo fue publicado en Cell Reports Physical Science y representa un cambio de paradigma en la forma de concebir la arquitectura. No se trata solo de reemplazar materiales contaminantes, sino de repensar el diseño desde una lógica natural, donde las estructuras se comportan como organismos vivos.

Chelsea Heveran, investigadora de la Universidad Estatal de Montana y referente en materiales vivos, explicó que la elección de estas especies no es casual:

“Son seguras para la salud humana y participan activamente en procesos que refuerzan la estructura”.

Además, su uso reduce el consumo de recursos no renovables y permite crear materiales que pueden autorremediarse frente a grietas o desgaste, e incluso participar en procesos de remediación ambiental.


¿El futuro? Edificios que se curan solos

Imaginá una pared que se arregla sola después de una fisura, o que se endurece más con el tiempo gracias a procesos naturales. Eso es lo que plantea esta nueva generación de materiales vivos.

“Nos emocionan nuestros resultados”, dijo Heveran a New Scientist. “Con el desarrollo adecuado, podríamos diseñar materiales de construcción con capacidades biológicas duraderas, como la autosanación y la autodepuración”.