Después de tres años de operación, el famoso chef turco Salt Bae, cuyo nombre real es Nusret Gökçe, ha decidido cerrar las puertas de su hamburguesería en Manhattan, Nueva York. La hamburguesería, conocida como Salt Bae Burger, no logró ganarse el favor de los neoyorquinos, quienes la calificaron como “la peor hamburguesería de Nueva York”.
El cierre se realizó de manera discreta, en marcado contraste con la gran apertura que coincidió con el inicio de la pandemia de COVID-19 y el consiguiente confinamiento de la ciudad. A pesar de este revés, Gökçe mantiene abiertos otros dos locales de carnes asadas en la ciudad, demostrando su compromiso con el mercado neoyorquino a pesar de los desafíos.
Salt Bae, conocido por su estilo distintivo de rociar sal y su apariencia llamativa con gafas oscuras redondas y grandes cuchillos, ganó popularidad en las redes sociales. Sin embargo, su hamburguesa de USD 100, adornada con una capa de oro, no logró impresionar a los paladares de la Gran Manzana. La oferta gastronómica del chef fue duramente criticada por medios locales, incluso catalogándola como “la peor hamburguesa de Nueva York”.
A pesar de su éxito en otras ciudades como Dubái y Estambul, las peculiaridades del menú de Salt Bae no resonaron de la misma manera en Nueva York. Además, el chef enfrentó problemas legales en Estados Unidos, incluyendo demandas por apropiación de propinas y salarios de horas extras.
Aunque el mercado estadounidense sigue siendo importante para el grupo de restaurantes de Salt Bae, el cierre de su hamburguesería en Manhattan refleja los desafíos de adaptar un concepto gastronómico a diferentes audiencias. A pesar de estos contratiempos, Salt Bae sigue siendo una figura controvertida y reconocida en el mundo de la gastronomía.
Curiosamente, luego de la coronación de Argentina en el Mundial de Qatar, Salt Bae se vio envuelto en una polémica al intentar sostener el trofeo en el campo del Lusail Stadium. En una entrevista reciente, el chef aclaró su posición, asegurando que su acción no tenía fines publicitarios y que fue motivada por su amor por Argentina. Aunque FIFA intervino en el incidente, hasta el momento no se ha anunciado ninguna sanción oficial contra el chef turco.