🧠 No todo es fuerza de voluntad. Perder peso no es sólo una cuestión de decisión o compromiso. El cuerpo humano tiene sus propios mecanismos biológicos para resistirse a bajar de peso, activando un sistema de defensas que incluye alteraciones hormonales y una ralentización del metabolismo.
📉 Estudios científicos recientes estiman que entre el 80% y el 95% de las personas que logran adelgazar vuelven a recuperar los kilos en un plazo de tres a cinco años. La explicación no es emocional, ni siquiera psicológica: es fisiológica.
🍽️ Según expertos, al reducir el consumo calórico, el organismo reacciona como si estuviera en peligro, bajando el metabolismo y aumentando las señales de hambre. Así, mientras la persona cree que está “haciendo todo bien”, su cuerpo lucha por volver al peso anterior.
La ciencia detrás del “rebote”
🧪 Un estudio publicado en la revista Obesity hizo seguimiento a 14 personas durante seis años. Aunque todas habían adelgazado inicialmente, la mayoría recuperó su peso. Lo más preocupante: su metabolismo en reposo bajó significativamente, haciendo que necesiten menos calorías que otras personas del mismo tamaño que nunca habían hecho dieta.
⚖️ Esto respalda la teoría del “punto de ajuste”: una suerte de “peso predeterminado” que el cuerpo intenta conservar a toda costa. Cuando se baja de ese punto, el organismo activa un sistema de alarma, repleto de hormonas como la grelina (hambre) y menos leptina (saciedad), para devolver todo al estado anterior.
No se trata de “no tener voluntad”
🗣️ Kimberly Gudzune, directora médica de la Junta Americana de Medicina de la Obesidad, afirmó en National Geographic que “juzgar el control del peso como una cuestión de fuerza de voluntad es erróneo y limitado”. No se trata de esfuerzo, sino de biología.
🚫 Esta visión errada lleva a muchas personas a evitar tratamientos médicos eficaces, como la cirugía bariátrica o los medicamentos GLP-1, que pueden mejorar la comunicación entre intestino y cerebro para aumentar la saciedad. Pero el estigma pesa: “Si bajás de peso con ayuda médica, no vale”, dicen algunos. Grave error.
🧬 Incluso ya existen pruebas genéticas que permiten determinar si una persona tiene un “cerebro hambriento”, “hambre emocional” o una “quema lenta”, lo cual permite diseñar tratamientos personalizados más efectivos y con menos recaídas.
La obesidad, una enfermedad crónica
👨⚕️ Médicos como Andrés Acosta, de la Clínica Mayo, subrayan que la obesidad debe abordarse como una condición crónica, no como un fallo de carácter. “El cuerpo tiene un sistema diseñado para mantener la energía almacenada, y eso complica cualquier intento de adelgazar”.
💡 La solución requiere un enfoque integral: nutricionistas, endocrinólogos, psicólogos y políticas públicas que comprendan la obesidad como una enfermedad biológica, no una debilidad personal.
🔍 Curiosidad final:
Aunque parezca increíble, el fenómeno del “set point” también se ha observado en ratones de laboratorio: cuando bajan de peso, sus cuerpos hacen ajustes para volver al mismo nivel. Pero si se les aplica frío, esa reacción se inhibe. ¿Será que el futuro de los tratamientos para el sobrepeso esté en la temperatura corporal? 🧊
