Alejado momentáneamente del espectáculo, el actor y conductor está muy contento por las decisiones que tomó. “Empezamos a hacer delivery y va muy bien”, contó.
Matías Aléya no vive en la Ciudad de Buenos Aires. Ahora es un vecino de Córdoba, y está muy feliz de haber tomado esa decisión. Así lo contó este sábado al aire de PH Podemos Hablar, donde detalló que, después de tanto pensarlo, una serie de proyectos lo impulsaron a mudarse.
El galán se va alejando de la actuación pero se acerca a los medios, y también apuesta al mundo gastronómico. “Me puse un local de sushi, está en frente del Lago San Roque. Lo puse con Ariel Blanco, Tati, Maxi y toda una gente linda que está esperando que yo vaya para hacer el lanzamiento. Empezamos a hacer delivery y va muy bien. Así que estoy muy contento”, reconoció al aire de PH Podemos Hablar.
El también periodista exclamó que tiene ofertas para hacer radio y TV allá, y que pronto habrá novedades sobre eso. Por ahora su prioridad es potenciar su negocio, ya que no le fue muy bien con la heladería que había abierto en calle Corrientes, al lado del teatro Broadway.
A siete años del brote psicótico, Matías Alé habló del gran apoyo de su madre
Cuando pensó que su carrera estaba terminada debido a sus problemas de salud, Matías Alé se refugió más que nunca en la mujer que le dio vida, que jamás le soltó la mano y lo impulsó a salir adelante de a poco.
En una entrevista que dio meses atrás, el actor se quebró al aire al recordar lo que le dijo su mamá cuando pudo recuperarse de sus dos brotes psicóticos. “Se puede salir. Mi vieja me decía ‘disfrutá, que tenés un presente inmejorable’. Yo salgo a la calle y me siento Gilda porque la gente se me acerca con un rosario, agua bendita, me recomiendan médicos”, precisó.
Alé indicó que el rol de su madre fue fundamental para recuperarse: “Después de mi segunda internación, viví en la casa de mi madre. Me acuerdo que me acostaba en la cama a dormir, ella se arrodillaba y me acariciaba la frente. Le decía ‘vieja que no me pase de vuelta’. (La locura) es un fantasma que te agarra”.
Por último, recordó la frase que lo impulsó a retomar su carrera y su vida normal: “Mi vieja me dice, ‘estás transitando tu segunda oportunidad; la primera oportunidad, te la dan; la segunda, te la ganás; y la tercera ya no existe’. Todos los días ella me repite ‘vos pudiste’”.