El ACV aumenta entre adultos jóvenes: los especialistas alertan sobre la importancia de la prevención

El accidente cerebrovascular (ACV) puede parecer un problema lejano o ajeno, pero cada vez afecta más a adultos jóvenes y activos. Un instante puede marcar la diferencia entre volver a la rutina o enfrentar años de rehabilitación: reconocer los síntomas y actuar rápido es clave para evitar secuelas. Porque nadie está exento, y la prevención empieza hoy.

Un problema creciente

Se estima que uno de cada cuatro adultos sufrirá un ACV a lo largo de su vida, y que el 80% de estos episodios podría prevenirse, según datos de la American Stroke Association (ASA).

“Durante décadas, el ACV fue sinónimo de edad avanzada, hipertensión y tabaquismo. Hoy, las guardias muestran otro rostro: pacientes menores a 50 años con déficits neurológicos súbitos, muchas veces sin antecedentes evidentes. Este cambio responde a un fenómeno global impulsado por el estrés crónico, el sedentarismo, la contaminación, las disfunciones metabólicas tempranas y diagnósticos tardíos”, explicó a Infobae el neurocirujano Matías Baldoncini, profesor en la Facultad de Medicina de la UBA.

Qué es un ACV y cómo se manifiesta

Un accidente cerebrovascular ocurre cuando un coágulo bloquea o se rompe un vaso sanguíneo en el cerebro, impidiendo la llegada de oxígeno y provocando la muerte de células cerebrales.

Existen dos tipos principales:

  • ACV isquémico: se produce por la interrupción del flujo de sangre al cerebro.
  • ACV hemorrágico: ocurre cuando se rompe un vaso sanguíneo.

Además, un accidente isquémico transitorio (AIT) sucede cuando el bloqueo es temporal.
Según Baldoncini, el 65% de los casos son isquémicos, mientras que el resto corresponde a formas hemorrágicas, generalmente más graves.

Un aumento en adultos jóvenes

Investigaciones recientes, como la publicada en The Lancet Regional Health – Americas, evidencian un incremento de ACV en adultos jóvenes y mujeres.
El doctor Sebastián Ameriso, jefe del Departamento de Neurología de Fleni, explicó que los factores de riesgo tradicionales (hipertensión, tabaquismo, diabetes, colesterol alto) están presentes también en personas jóvenes, lo que aumenta su vulnerabilidad.

Por su parte, Matías Alet, del Centro Integral de Neurología Vascular de Fleni, advirtió que desde 2015 “la tendencia a la baja se detuvo y comenzaron a subir tanto la incidencia como la mortalidad”, con un impacto “desproporcionadamente negativo en las mujeres”.

Las causas detrás del fenómeno

El doctor Ignacio Saguier Padilla, del Hospital de Clínicas de la UBA, señaló que el aumento de casos “se debe tanto a la falta de control médico en adultos jóvenes, por considerarse sanos, como al incremento de factores de riesgo clásicos como obesidad, tabaquismo e hipertensión”.

Además, estudios recientes destacan que los adultos menores de 50 años pueden sufrir ACV por causas no tradicionales, como migrañas o trastornos inmunológicos, lo que requiere enfoques diagnósticos más amplios y equipos interdisciplinarios.

Los síntomas que no hay que ignorar

Reconocer los síntomas y actuar de inmediato es fundamental. Las primeras 4,5 horas después del inicio del episodio son determinantes para evitar secuelas graves.

Síntomas de alarma:

  • Debilidad o adormecimiento en un lado del cuerpo (cara, brazo o pierna)
  • Dificultad para hablar o entender lo que se dice
  • Problemas de visión
  • Mareos, pérdida de equilibrio o coordinación
  • Dolor de cabeza intenso y repentino

Quedarse en casa o “esperar a ver si pasa” es la peor decisión posible. Ante cualquier signo, se debe llamar de inmediato a emergencias y comunicar la sospecha de ACV.

Cómo prevenir un ACV

La prevención es la mejor herramienta para reducir la incidencia de esta enfermedad.
El Dr. Baldoncini remarcó que “el principal enemigo es la hipertensión arterial mal controlada”, y destacó otros factores de riesgo: tabaquismo, diabetes, colesterol alto, obesidad, sedentarismo y consumo excesivo de alcohol.

Recomendaciones de los especialistas:

  • Mantener una alimentación equilibrada
  • Hacer actividad física regular
  • Abandonar el tabaco y el alcohol en exceso
  • Controlar la presión arterial, el colesterol y la glucosa
  • Realizar chequeos médicos periódicos
  • Dormir bien y cuidar la salud cardiovascular integral

El Hospital de Clínicas enfatiza la importancia de los hábitos saludables y de la detección temprana, especialmente en personas con antecedentes clínicos o condiciones como arritmias y dislipidemias.


🩺 Conclusión

El ACV ya no es una enfermedad exclusiva de adultos mayores. Su avance en poblaciones jóvenes alerta sobre la necesidad urgente de prevenir, detectar y actuar rápido. Conocer los síntomas y cuidar la salud cardiovascular puede salvar vidas.