Desde los seis años colecciona tarjetas de crédito, licencias de conducir y DNI

Rojas, Pergamino – En el tranquilo pueblo de Rojas, ubicado cerca de Pergamino, emerge la historia de María Bernarda Cousillas, una apasionada coleccionista de 34 años con un amor único por las tarjetas. Desde aquel día en Buenos Aires, junto a su padre, cuando compraron una tarjeta de teléfono con la imagen de Blancanieves, hasta hoy, Bernarda ha convertido su fascinación en un tesoro de más de 1100 tarjetas, cada una cargada con historias, recuerdos y sueños.

María Bernarda compartió la evolución de sus colecciones a lo largo de los años, desde llaveros y lapiceras con publicidades hasta stickers de frutas y gomas de borrar con formas. Sin embargo, las tarjetas se mantienen como el epicentro de su obsesión. “Un coleccionista se apasiona por su colección. A mí es algo que me genera felicidad, que me llena el alma”, expresó.

Las tarjetas, cuidadosamente guardadas en álbumes temáticos, abarcan desde crédito y débito hasta licencias de conducir y documentos de identidad. Su método de adquisición, único en su clase, no involucra compras activas, sino que todas las tarjetas le son regaladas por amigos y familiares. Este acto no solo agrega valor a su colección, sino que también posee un significado sentimental inmenso.

El reciente viral en TikTok, donde decidió compartir su colección, llevó a María Bernarda a conectar con coleccionistas de todo el mundo. Entre las historias compartidas, destaca la conexión con un uruguayo que colecciona latas de cerveza y cajas de whisky, evidenciando cómo las pasiones coleccionistas trascienden fronteras.

Aunque su sueño de ingresar al libro de Récord Guinness aún persiste, Bernarda celebra la liberación que ha experimentado al compartir públicamente su afición. Su historia es un recordatorio de la belleza que surge al compartir una pasión singular y aparentemente infinita.

Curiosidad al azar: María Bernarda guarda las tarjetas repetidas en una lata especial, lista para intercambiar con otros coleccionistas. Este pequeño gesto revela la camaradería que existe en el mundo de los coleccionistas y cómo una simple tarjeta puede ser un puente para nuevas conexiones.

FUENTE: TN