🛏️ El cushioning es una práctica en la que alguien que está en pareja mantiene “vínculos de reserva” como una red emocional para no enfrentar la ruptura en soledad. Aunque puede parecer inofensivo, tiene efectos profundos en la construcción de relaciones genuinas.
💬 El término viene del inglés cushion (almohadón) y hace referencia a esas personas que funcionan como contención emocional en caso de que la relación principal fracase. Así, se evita el impacto total del duelo amoroso, pero también se elude el riesgo inherente al amor.
👥 La psicoanalista Fernanda Rivas, de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), explicó que el miedo a la soledad es una de las raíces más comunes de esta conducta. Las personas que no pueden disfrutar de estar solas tienden a buscar apoyo en vínculos paralelos, lo cual dificulta establecer conexiones auténticas.
😔 Además, muchas veces el cushioning se convierte en una forma de esquivar el duelo emocional. En lugar de atravesar el dolor que implica una ruptura, se intenta reemplazarlo con nuevas presencias. Pero este parche solo posterga el malestar o genera frustraciones más profundas.
💔 La médica psicoanalista Alicia Killner señala que el amor genuino implica riesgo, exclusividad y la aceptación de que el otro es irremplazable. Quienes viven el amor con “red de seguridad” no se entregan del todo, lo cual puede terminar saboteando el propio vínculo.
🔁 En este esquema, la persona “cushion” —es decir, la que está disponible como opción secundaria— también sufre consecuencias emocionales. Al principio puede sentirse querida, pero pronto percibe que es usada como transición o escape. Esto deteriora su autoestima y genera inseguridad.
🔍 Silvina Buchsbaum, psicoanalista y sexóloga, advierte que muchas veces quienes recurren a esta práctica no han trabajado sus vínculos primarios ni la capacidad de autosostenerse. Por eso recomienda el trabajo terapéutico para entender por qué se repiten patrones vinculares poco saludables.
🧠 Aceptar el dolor de la pérdida, aprender a estar solo y permitirnos elegir y ser elegidos desde un lugar genuino son claves para crear relaciones sanas. Amar sin garantías puede dar miedo, pero también es lo que hace que valga la pena.