El dictador venezolano no podía permitir que el voto popular lo eyectara del poder y lo despojara de la impunidad con que se manejó durante años. Por eso ejecutó, gracias al aparato estatal, una estafa electoral colosal que indigna al mundo.
1. La manipulación de las actas electorales
Nicolás Maduro, junto con figuras clave del régimen como Diosdado Cabello y los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez, planificaron y ejecutaron un megafraude electoral. Las actas electorales reflejaban que Edmundo González Urrutia, el candidato opositor, había ganado con una ventaja superior a 30 puntos porcentuales, alineándose con las encuestas independientes. Sin embargo, el aparato estatal manipuló los resultados para asegurar la continuidad del régimen chavista.
2. Encuestas falsas y propaganda
El operativo comenzó temprano en la jornada electoral con la difusión de encuestas falsas que pronosticaban una victoria aplastante para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Estas encuestas fueron promovidas por figuras internacionales aliadas del chavismo, como Rafael Correa y Evo Morales. La maniobra quedó al descubierto cuando se reveló que las encuestas provenían de una empresa fantasma, pero el daño ya estaba hecho, alimentando la desinformación y la propaganda del régimen.
3. Represión y exclusión de candidatos opositores
El fraude de Maduro se consolidó mucho antes del día de las elecciones. El chavismo se aseguró de eliminar cualquier amenaza significativa a su poder, como lo demuestra la exclusión arbitraria de María Corina Machado de los comicios. Esta estrategia refleja la falta de legitimidad y el temor del régimen a enfrentarse a una verdadera competencia democrática, y demuestra su disposición a recurrir a la represión y la persecución para mantener el control.
4. Impunidad y temor a la justicia internacional
Uno de los principales motivos detrás del fraude es la vasta cantidad de acusaciones de crímenes y corrupción que pesan sobre Maduro y sus aliados. La Corte Penal Internacional investiga al régimen por crímenes contra la humanidad, incluyendo torturas y desapariciones forzadas. Además, Maduro y otros altos funcionarios están acusados de narcotráfico por la DEA en Estados Unidos. Enfrentar una derrota electoral podría haber llevado a Maduro a la cárcel, la extradición o el exilio, opciones que claramente buscó evitar a toda costa.
Contexto histórico y geopolítico
El chavismo ha mantenido una estructura de poder durante 25 años, sustentada en la corrupción, el narcotráfico y el control totalitario de las instituciones. La dependencia de aliados internacionales como Rusia, China, Irán y Cuba ha sido fundamental para sobrevivir a las sanciones y mantener su régimen. Este fraude electoral no solo representa una traición a la voluntad del pueblo venezolano, sino también un desafío monumental para cualquier futuro gobierno que intente desmantelar el sistema de corrupción y represión instaurado por el chavismo.
Reflexión final
Desmantelar la maquinaria de corrupción y poder del chavismo sería un reto titánico para cualquier nuevo gobierno. La estructura de poder profundamente arraigada y los múltiples intereses en juego aseguran que cualquier intento de cambio enfrentará una resistencia feroz. La magnitud del fraude electoral perpetrado por Maduro subraya la desesperación del régimen por aferrarse al poder y la necesidad urgente de una respuesta internacional contundente para apoyar al pueblo venezolano en su lucha por la democracia y la justicia.