Dion Leonard, un ultramaratonista australiano, nunca imaginó que una carrera en el desierto de Gobi cambiaría su vida para siempre. Durante el desafío, una perrita callejera comenzó a seguirlo y recorrió más de 125 kilómetros a su lado. Conmovido por su fidelidad, Dion decidió adoptarla y la llamó Gobi.
Pero la alegría no duró mucho. Al llegar a una ciudad en China, Gobi desapareció sin dejar pistas. La noticia conmovió a corredores, amantes de los animales y personas de todo el mundo, quienes se unieron en una búsqueda masiva para encontrarla.
Finalmente, gracias al esfuerzo colectivo, Dion y Gobi se reencontraron. Su historia se convirtió en un poderoso símbolo de esperanza y lealtad, mostrando que la conexión entre humanos y animales puede superar cualquier adversidad.