Científicos de Harvard logran una hazaña: revertir el envejecimiento con una simple inyección

Científicos de la Universidad de Harvard de Estados Unidos han alcanzado un hito clave en el aprendizaje para revertir el envejecimiento tras una serie de experimentos con ratones.

Es que con una inyección han conseguido duplicar la vida que les quedaba a unos ratones muy viejos, luego de un trabajo de que llevó 13 años de desarrollo y que fue publicado esta semana en la revista Cell.

El estudio, liderado por investigadores de la start-up Rejuvenate Bio, surgida del Instituto Wyss de Harvard, ha inyectado tres de los cuatro factores Yamanaka –OCT4, SOX2 y KLF4, en ratones de 124 semanas, unos 77 años humanos.

El profesor de genética australiano David Sinclair y su equipo dan cuenta de que no solo pueden manipular la vejez de los roedores en un periodo de tiempo acelerado, sino que también pueden revertir los efectos de tal proceso y restaurar algunos de los signos biológicos de juventud en los animales.

Si bien a menudo se asume que el envejecimiento es el resultado de mutaciones genéticas que hacen que nuestros cuerpos se deterioren y mueran, Sinclair cree que ese no es el caso.

El estudio demuestra por primera vez que la degradación en la forma en que se organiza y regula el ADN, conocida como epigenética, puede provocar el envejecimiento en un organismo, independientemente de los cambios en el código genético en sí. El doctor Sinclair venía sosteniendo desde hace años que el envejecimiento es el resultado de la pérdida de instrucciones críticas que las células necesitan para seguir funcionando: éñ lo definió como la “Teoría de la Información del Envejecimiento”.

Para comprobar su hipótesis, se imitaron los efectos del envejecimiento en el epigenoma inyectando rupturas en el ADN de ratones jóvenes. Una vez ‘envejecidos’ de esta manera, en cuestión de semanas se observó que los animales comenzaron a mostrar signos de edad avanzada: pelaje gris, peso corporal más bajo a pesar de una dieta inalterada, actividad reducida y mayor fragilidad.

Luego, los investigadores les dieron a los ratones una terapia génica que revirtió los cambios epigenéticos causados por las rupturas de ADN. Como resultado, ratones envejecidos y ciegos lograron recuperar la vista y desarrollaron cerebros más jóvenes e inteligentes.

Sinclair lo sintetizó así: “Es como reiniciar una computadora que no funciona correctamente”. El especialista afirmó que su trabajo respalda la hipótesis de que las células de los mamíferos mantienen una especie de copia de seguridad del ‘software’ epigenético que, cuando se accede a ella, puede permitir que una célula envejecida y revuelta epigenéticamente se reinicie a un estado saludable y juvenil.

​Profesor de genética en la Facultad de Medicina de Harvard, recolector de distinciones por sus avances científicos y una de las 100 personas más importantes del mundo para la revista Time en el año 2020, David Sinclair ha desarrollado su carera en busca de un mismo objetivo alcanzar el secreto de la eterna juventud, o al menos la fórmula para retrasar al máximo el envejecimiento./Clarin