Los avances en la neurociencia combinados con chips e inteligencia artificial están más cerca de poder permitir a las personas que sufren enfermedades que les impiden hablar recuperar su voz.
En un avance científico asombroso, investigadores están explorando cómo los chips cerebrales impulsados por inteligencia artificial (IA) podrían haber permitido a Stephen Hawking recuperar su habla casi a la velocidad habitual de una conversación.
Stephen Hawking, el famoso físico teórico, padecía una enfermedad degenerativa que le robó la capacidad de hablar. Aunque utilizó una voz generada por un ordenador para comunicarse, esta tecnología limitaba la velocidad y la naturalidad de su conversación. Sin embargo, con los avances actuales en chips cerebrales y IA, la historia podría haber sido diferente.
Estos dispositivos, que combinan la neurociencia con la tecnología de IA, están abriendo nuevas posibilidades para ayudar a las personas con discapacidades del habla a comunicarse de manera más efectiva.
Recientemente, un avance científico podría haber traído esperanza a personas en situaciones similares. Un artículo publicado en el MIT Technology Review ha informado que una paciente, identificada como “sujeto T12”, que perdió la capacidad de hablar debido a la ELA, ha logrado comunicarse a un ritmo cercano al habla normal —62 palabras por minuto— gracias a un implante cerebral.
Imagina un pequeño chip implantado en el cerebro, capaz de interpretar las señales neuronales relacionadas con el habla y convertirlas en palabras. Esto es lo que los investigadores han estado desarrollando, aprovechando la tecnología para traducir la actividad cerebral en palabras habladas. Tras ocho años esta paciente puede volver a hablar.
Usando algoritmos avanzados, estos chips pueden decodificar patrones de actividad cerebral y convertirlos en una voz sintetizada. Uno de los avances clave es la conexión entre la actividad cerebral y los movimientos de los músculos involucrados en el habla.
Los investigadores han logrado mapear estas señales neuronales y entrenar a la IA para reconocer patrones. Por ejemplo, cuando pensamos en decir “hola”, ciertos grupos de neuronas se activan en un patrón único. El chip cerebral puede detectar estos patrones y traducirlos en palabras audibles.
¿Cómo ha conseguido recuperar la capacidad de hablar?
El proceso implica varios pasos. Primero, los datos de la actividad cerebral se recopilan utilizando electrodos implantados en el cerebro. Luego, estos datos se procesan a través de redes neuronales artificiales, que son algoritmos de IA que simulan la forma en que funciona el cerebro humano. Finalmente, la salida de la red neuronal se convierte en voz sintética, dando voz a los pensamientos.
Este enfoque también ofrece la posibilidad de mejorar la eficiencia con el tiempo. Al adaptarse a los patrones cambiantes de actividad cerebral, la IA puede ajustar y refinar la síntesis de voz, logrando una comunicación más natural y precisa.