Camas “Anti Sexo” en los Juegos olímpicos de París 2024: Innovación y controversia

Las camas “anti sexo” han vuelto a la escena olímpica con su presencia asegurada en la Villa Olímpica de París 2024, marcando una continuidad desde su debut en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Estas camas, diseñadas con un enfoque innovador en el descanso de los atletas, no solo han sido objeto de atención por su peculiar construcción de cartón, sino también por su funcionalidad personalizada que prioriza el bienestar individual de cada deportista.

El diseño de estas camas va más allá de lo convencional. No solo están fabricadas con cartón, sino que también presentan almohadones intercambiables, cada uno con diferentes niveles de firmeza. Esta característica permite a los atletas adaptar su descanso según sus necesidades específicas, gracias a una aplicación especial que recomienda la combinación óptima de almohadones en base al peso y altura del deportista.

La elección del cartón como material principal no solo responde a criterios ecológicos, sino que también se alinea con un compromiso más amplio de los organizadores de reducir la huella de carbono de los Juegos. Además, durante los Juegos de Tokio, estas camas se introdujeron como medida adicional para desalentar encuentros íntimos entre los atletas, en un momento en que el mundo estaba lidiando con los desafíos de la pandemia de coronavirus.

La presencia de las camas “anti sexo” en la Villa Olímpica no solo resalta el compromiso con la sostenibilidad, sino que también evidencia la preocupación por el bienestar físico y mental de los deportistas. Aunque han generado opiniones encontradas, con algunos atletas compartiendo sus experiencias y pruebas de resistencia en redes sociales, su inclusión en París 2024 refleja una continuidad en la búsqueda de soluciones innovadoras para mejorar la experiencia olímpica.

Curiosidad: Durante los Juegos de Verano de Río 2016, se distribuyeron aproximadamente 450.000 preservativos, lo que demuestra la realidad de los encuentros íntimos en el ambiente olímpico y la relevancia de medidas como las camas “anti sexo” en eventos de esta magnitud.