Ofrecen $25 millones por el sicario que asesinó al jefe de la barra brava de Rosario Central

La provincia de Santa Fe lanzó una recompensa de 25 millones de pesos por datos que permitan capturar a Fernando Sebastián Vázquez, presunto sicario de la organización narco Los Menores e implicado en el brutal asesinato de Andrés “Pillín” Bracamonte, jefe de la barra de Rosario Central, y su segundo, Daniel “Rana” Attardo.

🔫 El crimen, ocurrido en noviembre del año pasado a plena luz del día y a metros del Gigante de Arroyito, estremeció al fútbol argentino y desnudó la violencia enquistada en las barras. Bracamonte y Attardo fueron acribillados después del partido entre Central y San Lorenzo, en lo que se presume fue una ejecución planeada y respaldada logísticamente por miembros del grupo criminal.

📩 Cualquier persona que cuente con información puede comunicarse de forma anónima a través del correo recompensas@mpa.santafe.gov.ar o acudir a cualquier sede del Ministerio Público de la Acusación.

🧠 La banda Los Menores, liderada por el prófugo Matías Gazzani, es hoy una de las estructuras narco más activas en Rosario. La Nación ya ofreció $10 millones por su paradero, mientras que la provincia duplicó esa cifra con $60 millones adicionales. Gazzani logró desplazar al histórico “Toro” Martinotti en el barrio 7 de Septiembre y extendió su dominio a zonas como Stella Maris, Emaús y Villa La Bombacha.

🚔 Vázquez no es un nombre nuevo en el expediente: su hermano Alejandro fue detenido el 13 de marzo pasado en un operativo de la Tropa de Operaciones Especiales, donde también se arrestó a Alejandro “Cani” Zamudio, otro engranaje clave del grupo. En los allanamientos se incautaron más de 67 kilos de marihuana y un vehículo utilizado en la logística del doble crimen.

🌐 Desde entonces, Fernando permanece prófugo. Se presume que forma parte de la estructura operativa de Los Menores y que habría participado directamente en la ejecución de Bracamonte.


📚 ¿Sabías esto? El apodo “Pillín” de Bracamonte era una deformación infantil de “Pibe”. Con el tiempo, se convirtió en una marca temida dentro y fuera de la cancha. En Rosario, muchos lo conocían más por su poder en los negocios paralelos que por su presencia en la tribuna.