Breadcrumbing: qué es y cómo identificar si estás atrapado en una relación de migajas emocionales

“Me quiere, no me quiere. Me escribe, pero no quiere verme. Inicia la conversación pero me clava el ‘visto’”. Estas frases, cada vez más comunes, describen una forma de vínculo emocional que mezcla ilusión, frustración y manipulación. Los especialistas lo llaman breadcrumbing, o migajas emocionales: un patrón de comportamiento donde una persona muestra interés de forma intermitente, sin intención real de comprometerse.

Con la expansión de las redes sociales, surgieron nuevas formas de relacionarse y, también, nuevas formas de dañar. Según explicó a CNN la psicóloga clínica Monica Vermani, autora de A Deeper Wellness, el breadcrumbing es una forma de manipulación emocional, consciente o no, que consiste en fingir interés romántico para mantener a alguien enganchado, sin establecer un compromiso real.

Una manipulación emocional disfrazada de atención

La lógica de quien aplica breadcrumbing es clara: recibir atención, validación y ciertos beneficios afectivos sin tener que implicarse del todo. “Engañar a una persona evita que busque en otra parte una conexión más estable, fiable y real”, indicó Vermani. Los expertos señalan que estas personas pueden tener dificultades con la intimidad, traumas no resueltos o estilos de apego disfuncionales.

Aunque puede aparecer en relaciones laborales o familiares, es más frecuente en los vínculos románticos, sobre todo en el entorno digital. Un mensaje esporádico, un “me gusta” o una reacción en redes sociales bastan para alimentar la esperanza de quien espera más, generando confusión emocional. El problema se agrava cuando el comportamiento se sostiene en el tiempo.

El “refuerzo intermitente” y el impacto psicológico

El psicólogo Kelly Campbell, de la Universidad Estatal de California, lo explica con una metáfora: igual que en una máquina tragamonedas, las pequeñas recompensas emocionales mantienen enganchada a la persona, aunque el afecto real sea casi inexistente. Este mecanismo se conoce como refuerzo intermitente, y es una de las bases de esta dinámica.

Una investigación realizada por Navarro Olivas y publicada en la revista Psychological Writings en 2020 reveló que más del 30% de los encuestados en España reconoció haber sido víctima de breadcrumbing. El uso de redes sociales y aplicaciones de citas facilita tanto ejercer como recibir este tipo de manipulación. Y el monitoreo constante del comportamiento digital de la otra persona, lejos de ofrecer certezas, suele aumentar la ansiedad.

Cómo reconocer el breadcrumbing

Las señales más frecuentes incluyen falta de consistencia, ambigüedad a la hora de tomar decisiones, y evasión del compromiso. La persona que practica breadcrumbing evita integrar a su pareja en su círculo íntimo, no hace planes a largo plazo y alterna muestras de afecto con ausencias inexplicables. Todo esto contribuye a generar una montaña rusa emocional en la otra parte.

Los perfiles más asociados a este comportamiento incluyen personas con rasgos narcisistas o con estilos de apego evitativo o ansioso. Según Navarro Olivas, quienes muestran apego evitativo necesitan validación externa pero tienen dificultades para conectar emocionalmente. El apego ansioso, en cambio, se relaciona con un temor al abandono que puede llevar a manipular como forma de “probar” el interés del otro.

Consecuencias emocionales y formas de salir

El breadcrumbing puede generar daños emocionales duraderos, sobre todo si se da en personas con baja autoestima o dependencia afectiva. Incluso puede llevar a la indefensión aprendida, una sensación de que el fracaso amoroso es inevitable, lo que provoca resignación.

Un estudio reciente publicado en el Journal of Environmental Research and Public Health vinculó esta dinámica con sentimientos de soledad, desamparo y una menor satisfacción con la vida. Ante estas señales, los especialistas recomiendan establecer límites claros, practicar una comunicación asertiva y recurrir al apoyo de amigos o profesionales.

Como señaló Navarro Olivas, la resiliencia no se construye en soledad. El entorno social puede ser clave para detectar señales de alerta y brindar contención. Reconocer el breadcrumbing es el primer paso para recuperar el bienestar emocional.