Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet

Bluesky, la red social que ha captado la atención de millones de usuarios, se posiciona como una alternativa a X (antes Twitter), especialmente tras los polémicos cambios impulsados por Elon Musk. Con un diseño amigable y funcionalidades atractivas, la plataforma busca revolucionar las redes sociales. Sin embargo, su modelo de descentralización y sus vínculos con el mundo de las criptomonedas generan dudas sobre su verdadera independencia y objetivos.

UN CRECIMIENTO ACELERADO Y UNA PROPUESTA INNOVADORA

En la última semana, Bluesky pasó de tener 15 a casi 20 millones de usuarios, posicionándose como una de las aplicaciones más descargadas en varios países, incluida España. Su diseño, similar a Twitter, permite una transición sencilla para nuevos usuarios. Entre sus características destacan los “starter packs” para seguir cuentas sugeridas, la creación de feeds temáticos y un algoritmo configurable que facilita encontrar contenido relevante.

Bluesky se presenta como la solución para superar el control de las grandes corporaciones sobre las redes sociales, promoviendo la idea de una plataforma donde los usuarios y desarrolladores puedan tener mayor control. Sin embargo, aún depende de la empresa Bluesky Social PBC, con sede en el paraíso fiscal de Delaware, y de un sistema centralizado para su funcionamiento.

EL DESAFÍO DE LA DESCENTRALIZACIÓN

Bluesky utiliza un protocolo propio, llamado AT, que promete descentralización. Su infraestructura incluye servidores personales (PDS) para almacenar datos, un componente de indexación (relay) y la aplicación que conecta todo. Aunque permite a los usuarios técnicos crear sus propios servidores, la indexación de datos depende de un identificador controlado exclusivamente por Bluesky. Esto pone en entredicho su promesa de descentralización plena.

El interés por su modelo, sin embargo, crece en la comunidad de software libre, que valora el potencial del protocolo AT para desarrollar nuevas aplicaciones más allá del microblogging, como servicios de video, audio y eventos.

EL DILEMA DEL MODELO DE NEGOCIO

La sostenibilidad económica de Bluesky es otro punto crítico. Aunque ofrece funciones de pago, como personalización de perfiles y videos de mayor calidad, estas cuotas no parecen suficientes para mantener la plataforma. Además, parte de su financiamiento proviene de Blockchain Capital, una empresa vinculada a figuras controvertidas del mundo cripto y a movimientos políticos asociados a Donald Trump, lo que genera cuestionamientos sobre el propósito real del proyecto.

Analistas sugieren que Bluesky podría monetizar a través de comisiones en un futuro mercado interno o convirtiéndose en una pasarela de pago para transacciones en otras plataformas. No obstante, su verdadero modelo de negocio sigue siendo una incógnita.

UNA NUEVA BATALLA POR EL FUTURO DE INTERNET

Bluesky representa el choque entre la innovación abierta y el control de las grandes corporaciones tecnológicas. Si logra mantenerse fiel a sus ideales y expandir su comunidad, podría marcar un precedente en el diseño de redes descentralizadas. Sin embargo, su éxito dependerá de equilibrar su visión con las demandas comerciales y evitar convertirse en otro engranaje del sistema que busca desafiar.