Después de haber sido cancelado su primer intento de lanzamiento por mal tiempo, el cohete New Glenn, desarrollado por Blue Origin, la compañía aeroespacial del multimillonario Jeff Bezos, se prepara para hacer historia en una misión de la NASA que promete cambiar la forma en que se explora Marte.
En la plataforma de lanzamiento de Cabo Cañaveral, dos naves gemelas esperan el momento exacto para iniciar un viaje inédito: la misión ESCAPADE, un proyecto diseñado para estudiar cómo el viento solar interactúa con la atmósfera marciana y qué papel cumplió ese proceso en la pérdida de agua del planeta rojo.
Una misión que redefine los costos del espacio
ESCAPADE es considerada una misión estratégica por su enfoque innovador: busca demostrar que es posible realizar exploraciones interplanetarias de bajo costo sin sacrificar calidad científica.
Mientras las misiones tradicionales de la NASA suelen superar los 300 millones de dólares, esta nueva apuesta se concretó con un presupuesto inferior a 80 millones, un cambio de paradigma en el desarrollo espacial.
Para Blue Origin, el lanzamiento representa también una instancia clave. El New Glenn —el cohete más grande fabricado por la empresa— realizará su segunda misión orbital, luego de un primer vuelo exitoso en enero. En esta ocasión, llevará una carga científica de enorme valor: dos satélites diseñados para investigar cómo Marte perdió su atmósfera hace miles de millones de años.
El lanzamiento fue reprogramado para el 12 de noviembre, tras una suspensión provocada por condiciones meteorológicas adversas. El vuelo, denominado NG-2, será transmitido en vivo, permitiendo seguir cada etapa del ascenso y la inserción orbital.
Innovación en la ruta hacia el planeta rojo
Una de las particularidades más destacadas de esta misión es su estrategia orbital no convencional.
Debido a retrasos técnicos, ESCAPADE perdió la ventana clásica de lanzamiento —que ocurre cada 26 meses cuando Marte y la Tierra se alinean favorablemente—. En lugar de esperar al siguiente ciclo, los ingenieros de Advanced Space optaron por una ruta alternativa.
Las sondas viajarán primero hacia el Punto de Lagrange L2, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, donde permanecerán alrededor de un año en una órbita estable y de baja radiación. En 2026 realizarán una maniobra de asistencia gravitatoria con la Tierra que las impulsará hacia Marte, donde llegarán en septiembre de 2027.
Esta innovadora secuencia orbital no solo reduce costos, sino que también abre la puerta a nuevas formas de viajar por el sistema solar sin depender de las tradicionales ventanas de alineación planetaria.
Marte: un pasado con agua y un presente helado
Hace miles de millones de años, Marte fue un planeta templado, con agua líquida en su superficie y condiciones potencialmente favorables para la vida microbiana.
Sin embargo, la falta de un campo magnético global dejó su atmósfera expuesta al viento solar, un flujo de partículas cargadas procedentes del Sol que, con el tiempo, erosionó las capas más altas y provocó una pérdida gradual de gases esenciales.
ESCAPADE buscará medir y mapear esa interacción en tiempo real. Los satélites “Blue” y “Gold”, bautizados así por los colores de la Universidad de California en Berkeley —institución a cargo del control científico de la misión—, recogerán datos simultáneos desde distintas órbitas para reconstruir la evolución climática marciana.
El conocimiento que se obtenga no solo ayudará a entender el pasado del planeta rojo, sino que también será vital para el diseño de futuras misiones tripuladas, ya que una atmósfera delgada implica mayores desafíos de protección frente a la radiación y control térmico para astronautas y hábitats.
Una nueva era en la exploración espacial
ESCAPADE forma parte del programa SIMPLEx de la NASA, orientado a demostrar que la investigación interplanetaria puede realizarse con equipos pequeños, eficientes y cooperativos.
Si la recuperación de la primera etapa del New Glenn resulta exitosa, Blue Origin se consolidará como competidor directo de SpaceX, avanzando en la meta de reutilizar cohetes y reducir costos por vuelo.
“Estamos aportando ciencia al nivel de misiones que cuestan cientos de millones de dólares, pero con un presupuesto reducido”, afirmó Jeff Parker, director de tecnología de Advanced Space.
El proyecto simboliza el inicio de una nueva etapa en la carrera espacial: más accesible, modular y colaborativa. Dos pequeñas sondas que viajan hacia Marte podrían marcar un antes y un después en la forma de hacer ciencia más allá de la Tierra.
