Puede que hoy el nombre Billy Idol no suene tanto entre las nuevas generaciones, pero en los ’80 era imposible no verlo. Con su pelo rubio platinado, campera de cuero y una ceja en modo “te voy a romper el corazón”, Billy fue uno de los rostros más conocidos del punk y la new wave. Canciones como “Rebel Yell”, “White Wedding” o “Dancing With Myself” se convirtieron en himnos para una generación que vivía a todo volumen.
Después de más de una década sin lanzar un álbum de estudio completo, Billy Idol volvió al ruedo con Dream Into It, un disco corto pero directo, de apenas 34 minutos, que repasa su vida y evolución como artista. Lo interesante: cada canción parece una postal de su recorrido, desde sus primeros días en Inglaterra hasta su madurez actual. En esta nueva etapa, además, se suma a voces femeninas de peso como Avril Lavigne, Joan Jett y Alison Mosshart, que le dan al álbum un aire fresco y colaborativo.
Pero no solo volvió al estudio. Billy también se sube al escenario otra vez y lo hace bien acompañado: arranca gira con la mismísima Joan Jett, otra leyenda viva del rock. Y eso no es todo: este año se estrena un documental sobre su vida titulado Billy Idol Should Be Dead, que repasa sus momentos más oscuros, sus excesos y su renacer. Porque sí, Billy tuvo una vida intensa: adicciones, un accidente de moto casi fatal y una fama que lo empujó al límite.
Ícono eterno y ahora… ¿inmortalizado? Como si todo esto fuera poco, 2025 lo encuentra nominado por primera vez al Salón de la Fama del Rock & Roll. Una especie de “por fin” para quienes crecieron escuchándolo y lo consideran una influencia clave. Porque aunque pasen los años, Billy Idol sigue siendo ese artista que no pidió permiso para gritar lo que sentía. Y lo sigue haciendo.
💿 Álbum por álbum: una historia en vinilo: Billy Idol no solo es un ícono visual del rock ochentoso, también tiene discos que marcaron época. Cada uno tiene su impronta, su rebeldía y su lugar en la historia. Acá repasamos los más importantes:
💿 Billy Idol (1982): el debut que lo lanzó al estrellato
Después de dejar la banda Generation X, Billy se lanza como solista y acierta al instante. Con hits como “White Wedding” y “Hot in the City”, este álbum puso su nombre en las radios, en los posters de habitación y en el radar del MTV que recién nacía.
💿Rebel Yell (1983): el clásico absoluto
Billy Idol ya había dado el primer golpe con su álbum debut, pero fue con Rebel Yell que se convirtió en una figura icónica del rock de los ’80. Publicado el 10 de noviembre de 1983, este segundo disco no solo consolidó su estética de chico malo en cuero y mirada desafiante, sino que también lo catapultó a la cima de los rankings internacionales. Fue su verdadero grito de guerra.
El nombre del disco tiene una anécdota tan salvaje como su autor. Billy estaba en una fiesta en Nueva York junto a los mismísimos Keith Richards y Ron Wood, guitarristas de los Rolling Stones. En un momento, notó que estaban bebiendo una marca de bourbon llamada Rebel Yell. El nombre le sonó perfecto, agresivo y con actitud. Se lo guardó en la cabeza y más tarde se convirtió no solo en el título del álbum, sino también en uno de sus himnos más legendarios.
Producido por Keith Forsey y con la colaboración clave del guitarrista Steve Stevens, Rebel Yell fue una mezcla explosiva entre el rock más crudo y los nuevos sonidos electrónicos de la época. Stevens aportó solos furiosos y efectos innovadores, que le dieron al disco una textura única. La fórmula funcionó: rockeros y fanáticos del pop coincidieron en que este álbum tenía algo distinto. Desde la potencia de “Rebel Yell” hasta la melancolía de “Eyes Without a Face”, cada canción construyó una identidad sólida y seductora.

La gira mundial de Rebel Yell fue tan intensa como el disco. Billy Idol recorrió Estados Unidos, Europa y Japón en un tour que combinaba teatralidad, luces intensas y un despliegue físico demoledor. Los shows eran conocidos por su energía arrolladora y su estilo provocador. Billy no solo cantaba: escupía fuego (literal y figuradamente) en el escenario. En muchas fechas, terminaba sin remera, transpirado y abrazado a una guitarra que no sabía si besar o romper.
El videoclip de “Eyes Without a Face” rotó incansablemente en MTV y convirtió a Idol en un sex symbol global. Su estilo visual fue parte clave del éxito: mezcla de punk inglés con glamour hollywoodense, cadenas, peinados imposibles y una actitud que parecía decir “no me importa nada, pero sé exactamente lo que hago”.
💿 Whiplash Smile (1986): el experimento elegante
Más introspectivo y con toques electrónicos, este disco mostró otra cara de Idol. Si bien no tuvo el impacto explosivo del anterior, temas como “To Be a Lover” y “Don’t Need a Gun” mostraban su capacidad de reinventarse sin perder identidad.
💿 Cyberpunk (1993): el salto al vacío (y al futuro)
Adelantado a su tiempo, Idol se metió de lleno en la estética digital y cyberpunk. El disco fue incomprendido y mal recibido en su momento, pero hoy se lo reivindica como una obra valiente y experimental. Si sos fan del concepto hacker noventoso, este álbum te va a hablar.
💿Kings & Queens of the Underground (2014): el renacer
Después de años en silencio, Billy volvió con este disco maduro, potente y emocional. Letras más introspectivas, arreglos cuidados y una energía que no se oxida. Es un recordatorio de que el rock puede envejecer con dignidad y personalidad.