“Better Man”, la biopic que muestra las facetas más ocultas de Robbie Williams: adicciones y dramas familiares

“Better Man”: La impactante biopic de Robbie Williams que revela sus luchas internas

La fama, los contratos millonarios y las adicciones son algunos de los ejes centrales de Better Man, la biopic que expone las facetas más ocultas de Robbie Williams. La película no solo repasa el éxito del cantante, sino que también muestra su sufrimiento y la frase que lo atormenta constantemente: “Sos un Don Nadie”.

Uno de los aspectos más llamativos del film, dirigido por Michael Gracey y que se estrena este jueves 27 de febrero, es que el artista es representado en pantalla como un mono. Aunque para muchos esta elección pueda parecer extraña, Williams aceptó esta metáfora, ya que siempre se sintió identificado con este animal.

Una historia narrada con detalles

Con una duración de 2 horas y 15 minutos, Better Man recorre los grandes éxitos del artista, como “Rock DJ”, “Feel” y “Angels”, pero también expone el lado oscuro de su carrera. Detrás de la fama, Robbie enfrentó el abandono de su padre, las adicciones, la depresión y el vacío emocional que lo acompañó incluso después de cumplir su sueño de la infancia.

El afiche de la película recuerda la portada de su primer álbum, Life Thru A Lens, aunque en esta versión el cantante es representado por el mono, reforzando la metáfora central de la historia.

Para lograr una narración fiel y profunda, Gracey entrevistó a Williams durante un año y medio. En esas charlas, el director y guionista descubrió que el cantante repetía la frase “me arrastraron para actuar como un mono”, lo que lo llevó a incorporar esta simbología en la película.

La ambición de fama y el peso de la presión familiar

Desde muy joven, Robbie se veía a sí mismo como un “mono actor”. Su camino hacia la fama comenzó cuando, siendo un adolescente, audicionó para una boyband y fue seleccionado para Take That, el grupo que lo catapultó a la popularidad pero también lo introdujo en el mundo de las drogas. Cansado de ser subestimado y de realizar coreografías que consideraba ridículas, a los 21 años decidió dejar la banda para lanzarse como solista.

La presión de su padre, Peter Williams, marcó profundamente su vida. Desde niño, Robbie escuchaba de su padre que solo los que nacían con “eso” podían triunfar; de lo contrario, serían “Don Nadie”. Esta creencia lo atormentó hasta la adultez, haciéndolo dudar de su apariencia, su inteligencia y su talento.

La lucha entre el éxito y la autodestrucción

A pesar de que en público se mostraba como un artista arrogante y seguro de sí mismo, Robbie luchaba en silencio con su baja autoestima. Incluso en 2002, cuando firmó un contrato de 125 millones de euros con EMI y declaró “Soy más rico de lo que jamás había soñado”, la inseguridad seguía latente.

En la cúspide de su carrera, entre finales de los ’90 y principios de los 2000, Robbie alcanzó todo lo que siempre había deseado: fama, fortuna y reconocimiento. Llenó estadios, como los tres conciertos en Knebworth donde reunió a más de 300 mil personas. Sin embargo, la depresión, la ansiedad y las adicciones seguían consumiéndolo.

Los conflictos familiares y pérdidas que lo marcaron

Uno de los traumas más difíciles de su infancia fue el abandono de su padre, quien, dedicado a su carrera como actor y cantante, decidió alejarse de su hogar. Esta herida lo acompañó durante años, intensificando su sensación de no ser suficiente. La película ilustra este dolor con la canción “Feel”, cuya letra refleja su lucha interna: “Solo quiero sentir amor real, sentir el hogar en el que vivo… No quiero morir, pero tampoco me gusta vivir”.

Con el tiempo, logró reconstruir su relación con Peter, quien se acercó más a él cuando ya era un artista consagrado. Sin embargo, Robbie le reprochó en varias ocasiones que su apoyo llegara solo después de su éxito.

Otra pérdida devastadora en su vida fue la de su abuela, Betty Williams, quien siempre lo alentó a creer en su talento. Su fallecimiento lo afectó profundamente, y en Better Man se representa este dolor con “Angels”, el emotivo tema de su álbum debut Life Thru A Lens (1997).

En el ámbito sentimental, Robbie también enfrentó duros momentos. Uno de sus romances más recordados fue con Nicole Appleton, del grupo All Saints. En la película se muestra el dolor que sufrió cuando su pareja quedó embarazada, pero la discográfica de la banda la obligó a abortar. Poco después, Nicole terminó la relación y en 2000 se casó con Liam Gallagher, de Oasis, con quien tuvo un hijo.

La lucha contra las adicciones

Better Man retrata con crudeza cómo un sueño cumplido puede convertirse en una pesadilla. Mientras Robbie acumulaba millones y llenaba estadios, en su mente seguían las inseguridades y el dolor sin resolver.

Sus problemas con las drogas comenzaron en los ’90, cuando aún formaba parte de Take That. Él mismo admitió haber consumido éxtasis en un “pub gay” y haber perdido el conocimiento en varias ocasiones debido a las sustancias.

“Es una maldición conseguir todo lo que queremos”, se escucha en la película, una frase que resume su historia. En 2007, en un intento por recuperar el control de su vida, ingresó a rehabilitación por primera vez. En su libro Reveal, Robbie escribió: “Este trabajo es muy malo para mi salud, va a matarme”.

Aunque logró mantenerse sobrio por períodos, las secuelas de su vida de excesos siguen presentes. En 2023, confesó a The Sun que sufre de andropausia y que su cuerpo está afectado por los años de abuso: “Estoy jodido por lo que me hice en los años noventa y parte de los 2000. Esa época me dejó destrozado”.

No es casual que la película lleve el nombre de Better Man, como la canción de su álbum Sing When You’re Winning (2000). La letra expresa su deseo de dejar atrás las actitudes autodestructivas y convertirse en una mejor persona: “Estoy haciendo todo lo que puedo para ser un hombre mejor”.