Argentina frente al invierno demográfico: la natalidad cae un 40% y los hogares sin hijos ya son mayoría

Según el estudio, la tasa de natalidad en Argentina ha disminuido un 40% desde 2014. Este descenso se refleja en la reducción del promedio de hijos por mujer, que ha bajado a 1,4 a nivel nacional, situándose por debajo del nivel de reemplazo generacional, establecido en 2,1.

Este fenómeno se alinea con una tendencia global observada en varios países desarrollados, donde factores como el acceso a la educación, la participación femenina en el mercado laboral y cambios en las prioridades personales han influido en la decisión de tener menos hijos.

El informe también destaca que solo el 43% de los hogares en los principales aglomerados urbanos del país tiene al menos un menor de 18 años, lo que implica que el 57% de los hogares no cuenta con niños. Este cambio en la composición de los hogares refleja una transformación en las estructuras familiares tradicionales, con un aumento de hogares unipersonales, parejas sin hijos y familias monoparentales.

La disminución de la natalidad y el cambio en la estructura de los hogares tienen múltiples implicaciones:

  • Educación: Una menor cantidad de niños puede llevar a una reducción en la demanda de servicios educativos, afectando la planificación y recursos asignados al sector.
  • Economía: Una población envejecida puede generar desafíos en el mercado laboral y en los sistemas de seguridad social, debido a una menor proporción de personas en edad productiva.
  • Salud: El envejecimiento poblacional puede aumentar la demanda de servicios de salud especializados y cuidados a largo plazo.

Diversos factores contribuyen a esta tendencia:

  • Cambio de prioridades: Muchas personas priorizan el desarrollo profesional y personal antes de considerar la maternidad o paternidad.
  • Situación económica: La incertidumbre económica y la falta de estabilidad laboral pueden influir en la decisión de postergar o evitar tener hijos.
  • Acceso a métodos anticonceptivos: Una mayor disponibilidad y uso de métodos anticonceptivos permite un mayor control sobre la planificación familiar.