Apareció la medalla olímpica perdida de George Foreman: estaba guardada en el garaje de una vecina y ahora será subastada

La medalla de oro olímpica obtenida por George Foreman en México 1968, perdida durante décadas, reapareció en un lugar impensado: el garaje de una vecina del legendario boxeador en Estados Unidos. La histórica presea está siendo subastada por la casa Lelands, que abrió la puja en 2.500 dólares y ya recibió ofertas que la elevaron a 3.328. La subasta permanecerá abierta hasta el 6 de diciembre de 2025.

La medalla —que simboliza el triunfo de Foreman en la final de los pesos pesados ante el soviético Jona Cepulis— fue presentada como una pieza de plata maciza recubierta con una fina capa de oro. Tras años almacenada en una caja, la presea no estaba en perfecto estado y tuvo que ser sometida a un proceso de limpieza para recuperar su brillo original.

El hallazgo se remonta a finales de la década del 70, cuando Foreman le pidió a una vecina que guardara varias cajas con objetos personales. Las pertenencias quedaron olvidadas hasta que, años después, la hija de la mujer decidió revisar el garaje y encontró documentos, pasaportes, trofeos y, entre ellos, la medalla olímpica. Algunos de esos objetos ya habían sido subastados previamente, pero la aparición de la presea generó una fuerte expectativa entre coleccionistas y fanáticos del boxeo.

Foreman, nacido en Texas, construyó un camino inolvidable en México 1968: venció al polaco Lucjan Trela en octavos de final, superó al rumano Ion Alexe en cuartos, noqueó al italiano Giorgio Bambini en semifinales y derrotó con claridad a Cepulis en la final, que fue detenida por el árbitro en el segundo asalto. Aquella imagen del joven Foreman celebrando con una pequeña bandera estadounidense quedó grabada en la historia del deporte. Más tarde, su carrera profesional lo llevaría a coronarse campeón mundial en 1973 y a protagonizar el mítico “Rumble in the Jungle” frente a Muhammad Ali.

Pese al entusiasmo que despertó la subasta, Lelands advirtió que no puede certificar la autenticidad absoluta de la medalla. “Es muy probable que se trate de la medalla de oro de Foreman en los Juegos de México 1968; sin embargo, no podemos asegurarlo sin una fotocopia ni la placa original”, señalaron desde la casa de subastas. La advertencia generó cierto matiz de incertidumbre, aunque no frenó el interés de los potenciales compradores.

El destino de la medalla, olvidada durante años en un rincón anónimo y hoy convertida en un objeto codiciado, ilustra cómo los recuerdos deportivos pueden extraviarse y volver a la luz en los lugares más inesperados.