Amy Elizabeth Thorpe, también conocida como Betty Pack o simplemente Cynthia, fue una de las espías más efectivas y controvertidas del MI6 durante la Segunda Guerra Mundial. Con un pasado marcado por su matrimonio de conveniencia con un diplomático británico y una vida llena de secretos, Amy no dudó en usar su encanto y astucia para obtener información crucial para los Aliados.

SU VIDA COMO ESPÍA
Desde su juventud, Amy estuvo expuesta al mundo de la diplomacia y la política gracias a su padre, un oficial de la Marina y abogado, y su madre, una mujer educada en las mejores universidades de Europa. Sin embargo, su verdadero salto al mundo del espionaje llegó en 1936 cuando, aburrida de su vida en Santiago de Chile, decidió aceptar la propuesta de un oficial del MI6 y se sumergió en el peligroso juego del espionaje.
UNA VIDA MARCADA POR EL SACRIFICIO Y EL COMPROMISO
Lo que la hizo destacar no fue solo su habilidad para infiltrarse en los círculos de poder, sino también su disposición a utilizar su belleza y su cuerpo para seducir a diplomáticos y oficiales enemigos. Estas tácticas, que algunos podrían considerar moralmente cuestionables, fueron fundamentales para obtener información que salvó miles de vidas.
En una entrevista posterior a la guerra, Thorpe fue preguntada sobre si se avergonzaba de los métodos que había utilizado. Sin dudar, respondió: “¿Avergonzada? En absoluto. Mis superiores me contaron luego que como resultado de mi labor se pudo salvar la vida a miles de británicos y americanos. Las guerras no se ganan con métodos respetables.”
UNA MENTE BRILLANTE DETRÁS DE UNA FACHADA SEDUCTORA
Una de sus misiones más notables fue la obtención de información crucial sobre los planes de Hitler para invadir Polonia y Checoslovaquia, y su posterior infiltración en la embajada de Vichy en Washington, donde consiguió una copia de los cifrados navales franceses. Sus esfuerzos en descifrar los planes de los nazis y su colaboración con la OSS, la agencia antecesora de la CIA, la convirtieron en una pieza clave para los Aliados.
UN ROMANCE QUE CAMBIÓ EL CURSO DE LA GUERRA
Durante su carrera, Amy tuvo muchos amantes, pero fue en 1938 cuando conoció al hombre que cambiaría su vida. En una de sus misiones más espectaculares, logró “dar vuelta” a un alto oficial para que trabajara para los Aliados, un hecho que demostró que sus habilidades iban más allá de la seducción: su compromiso con la causa era total.

LEGADO Y CONTROVERSIA
El legado de Amy Thorpe es un recordatorio de las complejidades de la guerra y de cómo, en tiempos de conflicto, las líneas entre lo moralmente aceptable y lo necesario pueden volverse borrosas. A pesar de las críticas, su contribución al esfuerzo bélico no puede ser subestimada.
Curiosidad final: Años después de la guerra, Amy se retiró a un castillo medieval en los Pirineos franceses, donde vivió el resto de su vida en relativa tranquilidad, pero su historia sigue siendo objeto de fascinación y estudio en los círculos de espionaje.