La situación del mercado de alquileres en la ciudad de Buenos Aires ha experimentado un cambio notable en los últimos tiempos, con más de 15.000 propiedades disponibles y una creciente resistencia por parte de los inquilinos ante los altos precios solicitados por los propietarios.
Tras la derogación de la Ley de Alquileres y con la expectativa de nuevos créditos hipotecarios, la oferta de viviendas en alquiler ha alcanzado niveles récord, abarcando distintos barrios de la ciudad. Sin embargo, los precios siguen siendo elevados, con alquileres promedio de $530.000 mensuales para propiedades de tres ambientes, lo que representa un desafío para los asalariados.
El proceso de alquiler, que solía ser rápido y ágil, ahora se ha prolongado considerablemente, con demoras de hasta 15 días o más para la entrega de las llaves de un nuevo contrato. Los inquilinos, enfrentados con precios que consideran inaccesibles, están tomando decisiones con mayor cautela y no se apresuran en cerrar contratos.
Soledad Balayan, analista de Maure Inmobiliaria, señala que la acumulación de avisos de alquiler se debe en parte al temor de los propietarios a fijar precios demasiado bajos, sumado al efecto de la recesión económica que dificulta a los inquilinos aceptar los precios solicitados.
La oferta de propiedades en alquiler ha experimentado un aumento significativo, especialmente en barrios que antes sufrían de escasa disponibilidad. La derogación de la Ley de Alquileres ha jugado un papel clave en este cambio, haciendo que la rentabilidad para los propietarios sea más atractiva en dólares y mejorando las condiciones contractuales.
La demanda se concentra en unidades de dos y tres ambientes, ya que los potenciales inquilinos buscan mayor espacio y comodidad. Las negociaciones entre propietarios e inquilinos han evolucionado hacia contratos de dos años de plazo máximo, con ajustes trimestrales basados en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) o cuatrimestrales a través del Índice de Contratos de Locación (ICL) para los precios en pesos.
En este contexto, el mercado de alquileres busca un equilibrio entre oferta y demanda, favoreciendo la satisfacción de ambas partes y contribuyendo a la recuperación positiva del sector inmobiliario en la ciudad de Buenos Aires.