Alimentos ultraprocesados: un consumo en niveles históricos y un llamado urgente a la acción global

La presencia de alimentos ultraprocesados (AUP) en la dieta diaria alcanzó niveles sin precedentes, según una serie de documentos científicos publicados por la revista The Lancet. Los autores, un grupo de 43 expertos internacionales, advierten que esta tendencia está modificando hábitos alimentarios a escala mundial y aumentando el riesgo de enfermedades crónicas tanto en países desarrollados como en regiones emergentes.

La investigación está compuesta por tres artículos que analizan el impacto del consumo creciente de AUP, las evidencias científicas que vinculan estos productos con múltiples problemas de salud y las medidas regulatorias necesarias para enfrentar este fenómeno.

Qué son los alimentos ultraprocesados y cómo cambiaron la alimentación mundial

El primer artículo revisa la clasificación NOVA, desarrollada en 2009 por el investigador Carlos Monteiro, que divide los alimentos en cuatro categorías según su grado de procesamiento. Los ultraprocesados incluyen productos elaborados a partir de sustancias derivadas —como aceites hidrogenados, jarabes, aditivos y compuestos industriales— y suelen desplazar comidas tradicionales y opciones nutritivas.

Monteiro señala que “el creciente consumo de alimentos ultraprocesados está transformando la dieta global, desplazando los alimentos frescos y mínimamente procesados”. Esta expansión, afirman los especialistas, es impulsada por corporaciones transnacionales que priorizan productos de alta rentabilidad, sostenidos por campañas de marketing intensivo y estrategias políticas para frenar regulaciones de salud pública.

Los datos recopilados muestran aumentos marcados en el consumo calórico procedente de AUP en los últimos 30 años:

  • España: del 11% al 32%
  • China: del 4% al 10%
  • México y Brasil: del 10% al 23%
  • Estados Unidos y Reino Unido: más del 50% desde hace dos décadas

Impacto en la salud: evidencia amplia y consistente

El segundo artículo reúne resultados de 104 estudios de seguimiento prolongado, de los cuales 92 asocian el consumo elevado de AUP con mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, mortalidad prematura y deterioro de la salud mental.

Entre los datos más contundentes publicados por The Lancet:

  • Riesgo de diabetes tipo 2: +25%
  • Riesgo de sobrepeso u obesidad: +21%
  • Aumento de mortalidad total y cardiovascular: +18%
  • Incremento del riesgo de depresión: +23%

Los investigadores indican que los AUP afectan la calidad nutricional al aportar exceso de calorías, azúcares, grasas y sodio, y al mismo tiempo disminuir la ingesta de fibras, proteínas y micronutrientes protectores.

Para Mathilde Touvier, investigadora del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia, la evidencia científica es clara: “El creciente número de investigaciones sugiere que las dietas ricas en ultraprocesados perjudican la salud a nivel mundial y justifican la necesidad de medidas políticas”.

Regulaciones, impuestos y etiquetado: propuestas para un cambio sostenible

El segundo documento de la serie plantea políticas públicas para frenar el avance de estos productos. Entre las medidas sugeridas se encuentran:

  • Incorporar indicadores de ultraprocesados en el etiquetado frontal
  • Restringir la comercialización en espacios públicos y supermercados
  • Aplicar impuestos específicos para desincentivar su compra
  • Ampliar el acceso a alimentos frescos y nutritivos

Como antecedente, se menciona el programa alimentario escolar de Brasil, que busca que el 90% de sus insumos provenga de alimentos frescos o mínimamente procesados para 2026.

Expertos como Barry Popkin sostienen que es esencial que los envases identifiquen claramente los ingredientes característicos de los ultraprocesados para evitar sustituciones engañosas. La adopción de estas políticas, coinciden los especialistas, podría modificar patrones de consumo y frenar la expansión de productos nocivos.

La influencia de la industria y la necesidad de una respuesta global coordinada

El tercer artículo examina el papel de las grandes corporaciones en la consolidación del mercado de AUP. Según The Lancet, el sector mueve 1,9 billones de dólares anuales, un poder económico que sostiene campañas de lobby político, financiamiento de estudios favorables y estrategias para sembrar dudas sobre la evidencia científica.

Simon Barquera, del Instituto Nacional de Salud Pública de México, remarca que “las grandes corporaciones, y no las decisiones individuales, están detrás del auge mundial de los alimentos ultraprocesados”.

La serie concluye con un llamado urgente a una acción coordinada a nivel global. La investigadora sudafricana Karen Hoffman plantea un paralelismo contundente: “Así como nos enfrentamos a la industria tabacalera hace décadas, ahora necesitamos una respuesta audaz y colectiva para frenar el poder desproporcionado de las corporaciones de alimentos ultraprocesados”.

Los expertos enfatizan que, sin una transformación estructural de los sistemas alimentarios, será difícil revertir esta tendencia que compromete la salud pública mundial.