Advierten que el agujero en la capa de ozono está sobre el sur del país: a qué ciudades afecta

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el programa Copernicus alertaron por la presencia del agujero en la capa de ozono que se posicionó sobre el sur de la Argentina. De esta manera, algunas localidades de la Patagonia recibieron un alerta por la presencia de este fenómeno que tiene implicancias sobre la salud.

En ese sentido, una de las ciudades que se vio afectada fue Ushuaia, que amaneció este martes bajo una advertencia inusual por el incremento notable de la radiación ultravioleta. La situación se mantendrá activa durante más de 24 horas y ya genera preocupación en la comunidad científica.

Aunque el fenómeno es estacional y se repite cada año en las regiones polares, su avance hacia el extremo sur argentino implica riesgos concretos para la salud y vuelve a poner el foco sobre una amenaza que parecía superada, pero que sigue latente.

Según la información satelital, la situación se inició a las 9 de la mañana y se mantendrá activa hasta el miércoles 17 por la tarde. En ese lapso, el fenómeno también alcanzará a Río Gallegos, en la provincia de Santa Cruz, especialmente durante la madrugada.

De acuerdo con el SMN, durante este episodio la radiación ultravioleta (UV) en estas zonas se incrementa de forma importante, superando con amplitud los niveles considerados habituales para la época. El informe señala que se trata de un episodio transitorio pero de impacto directo sobre la salud pública. Las autoridades recomendaron adoptar medidas preventivas, incluso si el cielo se encuentra nublado. Entre las sugerencias: aplicar protector solar, evitar la exposición directa al sol en horarios críticos y mantenerse informado sobre el avance del fenómeno.

El agujero de ozono, según explica el organismo, es una zona de la atmósfera donde la capa de ozono se encuentra debilitada o destruida, lo que permite el paso de niveles de radiación ultravioleta que pueden resultar perjudiciales para la salud humana. Este fenómeno ocurre todos los años entre agosto y diciembre sobre las regiones polares y, en ocasiones, se extiende hacia el sur de Argentina y Chile, como en este caso.

En la imagen compartida por el SMN —generada a partir de datos de Copernicus Atmosphere Monitoring Service— se observa con claridad la intensidad del índice de radiación UV prevista para el mediodía solar del martes. El mapa muestra dos escenarios: uno con cielo despejado y otro con nubosidad pronosticada. En ambos casos, Ushuaia se encuentra bajo una zona de color violeta intenso, lo que representa valores extremos de radiación UV, en niveles superiores a 10 en la escala de riesgo establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En cuanto a la duración del episodio, se espera que finalice alrededor de las 18 horas del miércoles, momento en el cual el agujero se replegará y dejará de afectar directamente a las localidades mencionadas. No obstante, el monitoreo continuará activo para seguir el desplazamiento del fenómeno y su posible evolución.

El estado actual de la capa de ozono fue abordado por Alberto Redondas, científico del observatorio atmosférico de la AEMET en Izaña, Tenerife. En una entrevista con la agencia EFE, Redondas explicó que, aunque existe una tendencia de recuperación sostenida, la normalización total no se alcanzará antes de medio siglo. “La señal de recuperación es clara, pero no se espera que la capa de ozono vuelva a los niveles previos hasta dentro de 50 años”, afirmó. La razón: las sustancias que dañan la capa de ozono permanecen en la atmósfera durante décadas, y aún se detectan emisiones ilegales y compuestos no regulados que continúan afectándola.

El científico también señaló que el agujero de ozono tiene consecuencias más allá de la salud humana. En los ecosistemas marinos, por ejemplo, el impacto comienza en el plancton y el fitoplancton, base de la cadena alimentaria, y se extiende hacia otros organismos. “Los anfibios y ciertas plantas son especialmente sensibles a la radiación ultravioleta”, agregó Redondas.

Aunque la prohibición de clorofluorocarbonos (CFCs) implementada por el Protocolo de Montreal en 1987 fue clave para frenar el deterioro, Redondas advirtió que “es necesario seguir vigilando” la evolución de la capa. Explicó que fenómenos como grandes incendios forestales, erupciones volcánicas o incluso la entrada de basura espacial pueden alterar el equilibrio alcanzado.

Sobre los efectos climáticos, el investigador destacó que existe una relación bidireccional entre el cambio climático y la capa de ozono. Por un lado, el agujero ha modificado patrones de lluvia en regiones como la Patagonia, mientras que por otro, el aumento de CO₂ enfría la estratósfera, ralentizando la destrucción del ozono, pero alterando la circulación que lo transporta desde los trópicos hacia latitudes más altas. Esto, según dijo, puede dejar a las zonas tropicales más vulnerables en el futuro.

Finalmente, desde el SMN reiteraron que, aunque la situación sobre Tierra del Fuego es temporal, el impacto inmediato sobre la salud puede ser severo en caso de no tomar recaudos. La vigilancia sobre el fenómeno continuará durante las próximas horas, mientras el agujero mantiene su desplazamiento y se analizan sus posibles consecuencias.