Adicciones, ketamina y conspiración: toda la verdad detrás de la trágica muerte de Matthew Perry

La trágica muerte de Matthew Perry el 28 de octubre de 2023, que inicialmente se pensó como un ahogamiento accidental, ha revelado una red de conspiración y suministro ilegal de ketamina, una sustancia que acabó con la vida del actor de “Friends”. Después de casi un año de investigaciones, se han destapado oscuros detalles sobre las circunstancias que rodearon su fallecimiento.

Matthew Perry, conocido por su icónico papel como Chandler Bing en la serie “Friends”, fue hallado sin vida en el jacuzzi de su casa en Los Ángeles a los 54 años. La noticia impactó profundamente a sus fans y a sus compañeros de elenco, Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc y David Schwimmer, quienes habían compartido con él no solo un set de filmación, sino una verdadera amistad.

El 31 de octubre, el capitán Scot Williams, de la División de Homicidios del LAPD, informó que no se sospechaba de un crimen, y el fallecimiento de Perry fue inicialmente catalogado como un accidente. Sin embargo, las investigaciones se extendieron durante siete meses, y la revelación final mostró una historia mucho más compleja.

Un oscuro panorama: adicción y conspiración

En diciembre de 2023, el Departamento Médico Forense del Condado de Los Ángeles reveló que la causa de la muerte de Perry fue una combinación de efectos agudos de la ketamina y otros factores. La ketamina, un anestésico con propiedades psicodélicas, había sido administrada en dosis extremadamente altas, causando sobreestimulación cardiovascular y depresión respiratoria.

Las investigaciones posteriores revelaron que Perry había estado recibiendo ketamina de manera ilegal. A pesar de haber recibido terapias con la sustancia en el pasado, el informe médico señaló que las altas concentraciones encontradas en su organismo no podían atribuirse a su última sesión de infusiones.

En mayo de 2024, la DEA y la Policía de Los Ángeles realizaron una investigación que culminó con el arresto de cinco personas: el asistente personal de Perry, Kenneth Iwamasa, dos médicos (Dr. Salvador Plasencia y Dr. Mark Chavez), un intermediario y una mujer conocida como “la reina de la ketamina”. Estos individuos fueron acusados de conspirar para suministrarle ketamina de forma ilegal.

La cadena de eventos que llevó a la tragedia

La investigación reveló que Perry había estado recibiendo entre seis y ocho inyecciones diarias de ketamina en los días previos a su muerte. El asistente Iwamasa, sin ningún entrenamiento médico, administraba las dosis de manera irregular y sin supervisión profesional. La situación llegó a su punto crítico cuando Perry solicitó una dosis alta de ketamina justo antes de su fallecimiento.

El fiscal Martin Estrada denunció que los acusados se aprovecharon de la adicción de Perry para enriquecerse, sabiendo los riesgos que esto implicaba. “Estaban más interesados en lucrarse a costa del Sr. Perry que en preocuparse por su bienestar”, afirmó Estrada.

La lucha de Perry contra la adicción

Matthew Perry había documentado su lucha contra la adicción en su libro de memorias “Friends, Lovers and the Big Terrible Thing”, donde detallaba su batalla con sustancias como Vicodin, Xanax y Oxicodona desde una edad temprana. A pesar de sus esfuerzos por mantenerse sobrio y financiar apoyo para otros en recuperación, la ketamina se convirtió en el factor que, trágicamente, inclinó la balanza en su contra.

Su padrastro, Keith Morrison, recordó cómo Perry parecía estar en un buen momento de su vida antes de su muerte. “Era feliz, y lo dijo. Y hacía mucho tiempo que no lo decía”, comentó Morrison en un podcast tras la tragedia.

La historia de Matthew Perry es un recordatorio doloroso de los peligros que enfrentan aquellos en recuperación, incluso después de periodos prolongados de sobriedad. La compleja trama de adicción y conspiración que se desplegó tras su fallecimiento destaca la necesidad de vigilancia y apoyo continuo para quienes luchan con dependencias.

Curiosidad

A lo largo de su carrera, Matthew Perry fue un ferviente defensor de la rehabilitación y el apoyo a los adictos. Su fundación de ayuda a personas en recuperación, aunque no directamente vinculada con su trágica muerte, sigue siendo un testimonio de su compromiso por ayudar a otros a superar sus propias luchas.