Durante las celebraciones de Navidad y fin de año, el uso de fuegos artificiales vuelve a encender una preocupación recurrente entre quienes conviven con animales. Los estruendos, destellos y vibraciones de la pirotecnia, lejos de ser una experiencia festiva para perros y gatos, representan un riesgo significativo para su bienestar físico y emocional.
Veterinarios y especialistas en comportamiento animal advierten que cerca del 80% de los animales domésticos manifiestan algún grado de miedo o estrés frente a los ruidos fuertes, lo que vuelve indispensable adoptar medidas preventivas para acompañarlos durante estas fechas.
Por qué los fuegos artificiales generan tanto miedo
Perros y gatos poseen una sensibilidad auditiva muy superior a la humana, lo que los hace especialmente vulnerables a los sonidos intensos, repentinos y prolongados. El estallido de la pirotecnia suele ser percibido como una amenaza inesperada, capaz de activar respuestas de miedo, ansiedad y huida.
Este efecto se intensifica en zonas urbanas, donde los ruidos se repiten durante varias horas y no permiten que el animal se recupere. Además, estudios veterinarios señalan que en algunos casos la aversión al ruido tiene un componente hereditario, mientras que en otros está relacionada con una escasa habituación a sonidos fuertes durante las primeras etapas de vida.
Experiencias negativas previas, enfermedades, el envejecimiento y ciertos cambios en la química cerebral también aumentan la sensibilidad al ruido, haciendo que algunos animales reaccionen con mayor intensidad que otros.
Síntomas de estrés y ansiedad en mascotas
El impacto de la pirotecnia puede manifestarse de múltiples maneras. Entre los signos más frecuentes se encuentran temblores, jadeo excesivo, salivación, taquicardia, vocalizaciones constantes, intentos de escape, pérdida de apetito y conductas de ocultamiento.
En situaciones de pánico, los animales pueden lastimarse al intentar huir, extraviarse o sufrir accidentes domésticos. A esto se suma la posible inhalación de partículas químicas liberadas por la pirotecnia, que pueden agravar problemas respiratorios o causar intoxicaciones si se ingieren restos del material explosivo.
Cómo proteger a perros y gatos durante las fiestas
Los especialistas coinciden en que la prevención y el acompañamiento son claves. Mantener la rutina diaria de paseos, comidas y descanso ayuda a reducir el estrés, ya que los cambios bruscos pueden intensificar la ansiedad.
Se recomienda preparar un espacio tranquilo dentro del hogar, preferentemente una habitación alejada del ruido, equipada con su cama, mantas, juguetes y objetos familiares. La música suave o el sonido constante de un ventilador pueden ayudar a amortiguar los estruendos externos. También es fundamental cerrar puertas y ventanas para reducir el ingreso del ruido y evitar posibles escapes.
Nunca se debe dejar a los animales atados ni encerrados en espacios pequeños durante los festejos, ya que esto incrementa la sensación de amenaza.
La importancia de la identificación y el acompañamiento
Durante las fiestas aumentan los casos de extravíos. Por eso, es fundamental que perros y gatos cuenten con collar y placa identificatoria con datos de contacto actualizados. También se recomienda tener a mano el teléfono de una veterinaria de guardia.
En animales con antecedentes de pánico severo, es clave consultar previamente con un profesional para evaluar estrategias de manejo conductual o clínico. El uso de medicación ansiolítica solo debe realizarse bajo supervisión veterinaria, ya que la automedicación puede ser peligrosa.
Los expertos remarcan que los castigos están totalmente contraindicados: lejos de calmar, aumentan la angustia y refuerzan el miedo. El acompañamiento cercano, la calma del tutor y el refuerzo positivo resultan mucho más efectivos.
Otros riesgos frecuentes durante las celebraciones
Además de la pirotecnia, las fiestas presentan otros peligros. Las altas temperaturas pueden provocar golpes de calor, con síntomas como jadeo excesivo, desorientación y tambaleos. También aumenta la presencia de pulgas y garrapatas, por lo que es importante mantener al día la protección antiparasitaria.
En cuanto a la alimentación, muchos productos típicos de las celebraciones son tóxicos o difíciles de digerir para perros y gatos, como el chocolate, la cebolla, el ajo, los embutidos, los lácteos y los mariscos. Evitar su acceso es fundamental para prevenir intoxicaciones.
Cuidar a las mascotas durante las fiestas no solo implica prevenir riesgos, sino también reconocer que para ellas estos momentos pueden ser profundamente angustiantes. La atención, la anticipación y el acompañamiento marcan la diferencia.
